El brazo ejecutor fue el de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. A través de ella el Gobierno lo hizo otra vez e imágenes penosas dieron de nuevo la vuelta al mundo.
En menos de una semana un grupo de jubilados volvió a ser reprimido por la fuerza pública en el marco de un abrazo simbólico que intentaba dar al Congreso de la Nación, en repudio al veto total del presidente Milei a la Reforma Jubilatoria aprobada por Diputados y por el Senado en el transcurso del pasado mes.
La brutalidad de la agresión a un número minúsculo de representes de la clase pasiva no merece justificación alguna, como tampoco la puesta en marcha del protocolo anti piquetes sobre indefensos ancianos que, una vez más, fueron víctimas de la criminalización de la protesta.
El objetivo de la actual administración, como ya se ha planteado en más de una ocasión, es el déficit cero. Los números tienen que cerrar a como dé manera, sin contemplaciones. Cueste lo que cueste, le duela a quien le duela y sea como sea. Ese es el camino a seguir y está trazado así desde el día uno de la gestión, a punto tal que el propio vocero presidencial se encarga de repetirlo a quien quiera escucharlo en cada una de sus apariciones.
En un país donde la pobreza alcanza a más del 50 por ciento de la población, en el que sin pausa crecen los índices de marginalidad y en el que la deserción escolar es cada vez mayor “no hay que tenerle miedo a la represión”. Las palabras de Adorni, en este caso, tampoco revisten conjeturas.
Especulaciones políticas al margen, los reclamos son tan válidos como la posibilidad de expresarlos genuinamente.
Independientemente de cualquier protocolo, la tercera edad no es merecedora de un trato impropio y despiadado como el que se le dio en estas últimas dos pacíficas manifestaciones. No les corresponde.
++++++++++++++++++
También puede interesarte:
• Todo el Deporte en: La Deportiva
• Escuchar las notas más importantes en: LT20 Radio Junin
• Escuchar LT20 Radio Junín en VIVO: Escuchar ahora