El abogado José Borruto aseguró que la crisis impulsa a una alta conflictividad por cuestiones salariales y condiciones de trabajo, pero no ha originado un incremento en la judicialización de las diferencias entre trabajadores y empleadores.
“Hay que diferenciar el conflicto laboral diario, que se da en forma permanente entre los trabajadores y las empresas, o los colectivos de empleados con sus gremios, de los casos que se llevan a la litigiosidad, o sea que se llevan a la Justicia”, comenzó diciendo.
El profesional apuntó que “en estos tiempos de inflación y con una gran incertidumbre, hay una alta conflictividad en cuanto a cuestiones de salario y condiciones de trabajo, lo que está siempre en mesa de conversación. Pero esto luego no se judicializa, porque los juicios no aumentaron en un 50%, sino que se mantienen en un número constante”.
DESPIDOS Y CONCILIACIÓN
Por otra parte, sobre los despidos, Borruto analizó que “la resolución de los conflictos judicial siempre depende mucho de la voluntad de la parte empleadora, que tiene la facultad de ponerle fin al caso. Cuando nos enfrentamos a un despido, lo que enfrentamos después es una cuestión económica, y el empleador debe estar dispuesto a destinar recursos a pagar lo que corresponde por la cesantía. Lo que se pone en la balanza hoy es poner a trabajar esos fondos, y ahí es cuando se produce el interrogante de si es negocio o no litigar”.
“Sabemos que cuando se lleva adelante un juicio laboral, se aplican tasas bancarias, que durante mucho tiempo fueron menores en cuanto a la inflación. Hoy, al 97%, no sé si es tan negocio litigar. Si hoy un empleador debe destinar 500 mil pesos en pagar un despido o en comprar mercadería, seguramente hará lo segundo”, agregó.
A la vez, el profesional opinó que “esta es una situación lamentable, porque la indemnización es lo que le corresponde a esa persona por haber sido despojado de su trabajo”.
En caso de acuerdos extrajudiciales, Borruto dijo que “en cualquier mediación, las dos partes deben estar dispuestas a ceder una parte de lo que le corresponde. Muchas veces el trabajador busca ganar un poco de tiempo a cambio de reducir sus pretensiones, y el empleador claramente bajarlas. De todos modos, el Tribunal de Trabajo siempre garantiza un mínimo y si no se cumplen ciertas pautas no se va a homologar el acuerdo, que da fin al conflicto y la persona no puede volver a reclamar”.
CONFLICTOS
“Hay que entender que hay buenos y malos trabajadores y buenos y malos empleadores, y se dan conflictos de distinta índole. La crisis lo que genera que sea difícil conservar un equipo de trabajo, con veinte personas por ejemplo, porque a veces se tiene la empresa rentable y otras no, entonces los altibajos generan despidos”, remarcó el abogado.
También sostuvo que “después hay otros casos de conflictividad individual, por las relaciones interpersonales, pero hay que evaluar siempre que hay buenos y malos y en este marco se da una infinidad de circunstancias que llevan a despidos”.
Finalmente, Borruto observó: “En tiempos de crisis, los colores políticos alertan a las organizaciones sindicales, para dar seguridad al trabajador que es la parte más débil del vínculo laboral y debe darse una protección adicional para compensar la desigualdad”.
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