POR JOSÉ LUIS AMADO –PERIODISTA AGROPECUARIO- EXCLUSIVO PARA GRUPO LA VERDAD
Si bien el informe ya cuenta con unos días, no deja de preocupar sus conclusiones. En este sentido, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), relevó aspectos importantes de lo que sucede en la zona núcleo del país, además de estimar una estrepitosa caída del área a sembrar con maíz a causa del Spiroplasma, hizo cuentas sobre los márgenes esperados para los agricultores de la zona núcleo.
En síntesis, queda claro que no será negocio sembrar soja de primera o maíz tardío en campos alquilados, que es la forma en la que se produce el 70% de lo que se cosecha en la región núcleo, dejando solamente en terreno positivo al maíz de primera y la soja de segunda.
Lo cierto es que los analistas de mercado rosarinos se mostraron preocupados por el escenario planteado. Según sus cálculos, en campos arrendados la soja de primera enfrenta una rentabilidad negativa, con una pérdida de 69 dólares por hectárea. Aún más preocupante es el caso del maíz tardío, que bajo las mismas condiciones muestra una pérdida de 138 dólares por hectárea.
“Claro, que esta alternativa estaría descartada, incluso en campos propios donde los márgenes sí son positivos. El maíz temprano ofrece mejores números en campos propios, con una inversión de 1.133 dólares por hectárea, la ganancia es de 371 u$s/ha. Mientras que en tierras alquiladas la renta es de 38 u$s/ha y la inversión de 1.643 U$S/ha, ya que se suma el valor del alquiler”, explicaron los especialistas luego de analizar las distintas variables que conlleva la producción agrícola.
En ese sentido, según los analistas, los mejores resultados económicos se logran con la rotación trigo/soja de segunda, que arroja 465 dólares por hectárea en campos propios y 126 en arrendados, siendo necesario alcanzar un rinde de 40 quintales por hectárea en trigo y 35 en soja de segunda.
A su vez, desde la red GEA (Guía Estratégica para el Agro), de la BCR que conduce Cristian Russo, analizó la caída en rentabilidad entre el 2023 y lo que se vaticina para la próxima campaña venidera.
Al respecto dijeron: “La caída en la rentabilidad de la soja de primera en campo propio es de 150 dólares por hectárea. En campo alquilado, la caída es menor, la pérdida es de 26 dólares por hectárea”.
Este desplome se debe principalmente a la evolución negativa del precio de la oleaginosa en los últimos meses, reflejada en el precio a cosecha (mayo de 2025) que se ubica en 279 dólares por tonelada, frente a los 332 de hace un año.
Qué pasa con el maíz
El maíz en campo propio también cae: “La diferencia entre los márgenes netos (de hoy vs un año atrás) es de 30 u$s/tn. El cereal también cotiza para abril 2025 175 u$s/tn mientras que hace un año estaba en 180 u$s/tn. Contrariamente, en el caso de campo alquilado, el maíz experimenta un repunte de 130 u$s/ha respecto a un año atrás. El incremento se debe principalmente a una reducción en el costo relativo de alquiler en u$s/ha; con el mismo valor de arrendamiento en qq/ha de soja (que se mantienen en los cálculos en 18 qq/ha) hace un año la suma a pagar por el arrendatario era de 659 u$s/ha mientras que este año es de 510 u$s/ha”.
Conclusión
Ante este escenario, los economistas de la bolsa rosarina se plantearon un dilema: ¿Cuál es la producción mínima que debe cosecharse este año para cubrir los costos en la gruesa?
“Para la soja de primera en campo propio, la cosecha mínima necesaria es de 30 qq/ha; para campo alquilado, 43 qq/ha. En el caso del maíz temprano, en campo propio se requieren 78 qq/ha para alcanzar la indiferencia; bajo arrendamiento, casi 100 qq/ha. Estos datos subrayan la importancia de la planificación y del excelente manejo agrónomico que impone esta campaña en particular”.
En concreto, la soja, otrora cultivo estrella del agro argentino, perdió una rentabilidad entre 100 y 150 dólares por hectárea en los últimos 2 años.
“La evolución de los márgenes netos de la soja de primera muestra una evolución cruel que quita todo tipo de entusiasmo. En campos alquilados, la situación es más crítica: desde hace casi un año están registrándose valores negativos. La caída gradual en el precio del grano, junto con el aumento de los costos de producción, ha derivado en resultados económicos cada vez peores: -69 u$s/ha en campo alquilado y 288 u$s/ha en campo propio. Para la misma fecha en 2022, la rentabilidad neta era de 468 u$s/ha en campo propio y de 13 u$s/ha en alquilado”, cerraron los analistas.
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