Aunque cada mascota tiene sus características propias, que dependen de la raza en parte, y de la crianza en su mayoría, hay comportamientos que se repiten, propios de cada especie. Los perros, por ejemplo, suelen rascar la cama o el lugar donde van a descansar antes de acostarse.
Lo que puede parecer un capricho, tiene una lógica. Esta costumbre tiene sus orígenes en la historia evolutiva de estos animales domésticos: es un hábito heredado de sus ancestros salvajes.
El hábito de rascar el sitio donde se va a descansar que tienen los perros revela datos sobre sus instintos naturales, y su adaptación al transcurso del tiempo. Esta conducta viene de los lobos, que es de donde descienden los perros.
Los lobos rascan el lugar elegido para echarse para prepararse un lugar cómodo y seguro para descansar. Como necesitan protegerse del viento y del frío, crean un hueco en el suelo con sus patas, formando un lugar más confortable y guarecido para dormir.
Otro motivo para este hábito es el de marcar territorio, un instinto natural que las mascotas domésticas no han perdido. Las glándulas sudoríparas que tienen los perros en sus patas, liberan feromonas al rascar el suelo que van marcando el área elegida, indicando que les “pertenece”.
También es una forma de regular la temperatura del lugar. Los lobos salvajes buscan descubrir capas de suelo más frescas en verano, o materiales aislantes en invierno.
Por más que un perrito sea el regalón de la casa, y tenga su cucha especial con una acolchonada camita, repetirá este comportamiento cada vez que vaya a acomodarse para dormir, como parte de su instinto. Aún cuando en la actualidad no lo precise, tiene el impulso automático de hacerlo.
Otras motivos
En cuanto a las motivaciones del momento, que también existen, son muy diferentes a las que traen de sus ancestros. Todos buscamos dormir en un lugar cómodo, y si la cama está llena de juguetes, rascarla es una forma de ordenar y limpiar el lugar para acomodarse mejor. También es una manera de liberar estrés, para asegurarse un buen sueño.
No hay que confundir esta actitud con otro motivo para rascar cualquier superficie: las uñas largas. En ese caso, hay que estar atentos y llevarlo al veterinario a que se las corte, porque pueden causarle muchos inconvenientes.
