A unos días de la asunción formal del nuevo gobierno, el profesor Rubén Gavaldá y Castro, especialista en Ceremonial y Protocolo, habló sobre cuestiones básicas que la pareja presidencial deberá tener en cuenta a la hora de asumir oficialmente la responsabilidad encomendada por las urnas.
“Argentina no cuenta con una ley que adjudique un rol determinado a la primera dama, como sí ocurre con otros países como Estados Unidos, donde desde los gastos hasta las funciones están establecidas. Por eso, acá depende mucho de la personalidad de la señora, en tanto y en cuanto quiera comprometerse a cuestiones relacionadas con la caridad, la representación del país, eventos de beneficencia…”, detalló. “Recordemos que la máxima representación fue el viaje de la señora María Eva Duarte a Europa, en tiempos de la presidencia de Perón”, agregó.
A la vez, el especialista dijo que “el protocolo y ceremonial nacional fue adaptándose al tercer milenio: si bien no es necesario, sería interesante que el jefe de Estado diera el ejemplo en el cumplimiento de las leyes y se case con su pareja. En este caso, habría que activar antes un divorcio, porque la señora María Eugenia Flores –conocida por su nombre artístico Fátima- todavía sigue casada en primeras nupcias”.
“El rol de la primera dama es muy importante, porque es el sostén anímico del presidente como sucede en cualquier pareja que se habla en lo doméstico de la relación, y también cumple una función de embajadora extraordinaria, dado que la prensa hace hincapié en cómo viste y se comporta. Representa no sólo a las damas sino también a la cultura general, dado que la Argentina se da a conocer a través de la pareja presidencial”, destacó.
En este marco, Gavaldá y Castro dijo que “al ser este referente, la primera dama luce elementos que son propios de la cultura de nuestro país, y puede posicionar a nuevos artistas en talabartería, calzado y accesorios. Sería una ayuda a las nuevas generaciones, porque es una vidriera que muestra al mundo la calidad que tiene Argentina en estos ítems”.
OPTIMIZAR REALIDADES
“En ceremonial, nosotros optimizamos realidades, no las cambiamos. Cada persona tiene sus características, su naturaleza y esencia. En este caso, hablamos no de Javier Milei y Fátima Flores, sino del presidente de la Nación y su pareja, de tal manera que habría que optimizar expresiones estéticas, sobre todo en ella”, dijo, y recomendó “cubrir algunas partes y cuidar el lenguaje gestual y el vocabulario”.
Para el presidente electo, al que denominan “Peluca”, el especialista consideró que “hay cosas que se deben optimizar con el tiempo, algo que al rodearse con otra gente del poder se dará cuenta que no todo es lo que se ve”.
“Esperemos que sean dóciles en aceptar los consejos que los encargados de ceremonial deberían dar sin ningún reparo”, agregó finalmente el especialista.