Por Diego Abdo
En Baigorrita, partido de General Viamonte, una empresa familiar liderada por el ingeniero agrónomo Martín Cavo ha transformado un cultivo poco conocido en la zona en una joya local con alcance global. Con raíces de más de 55 años, esta historia combina esfuerzo familiar, innovación tecnológica y los beneficios nutricionales de un alimento en auge.
Todo comenzó hace más de 55 años cuando el padre de Martín Cavo decidió incursionar en el cultivo de nogales comunes. “Arrancó con unas 100 plantas de nogal común en Baigorrita y, por recomendación de un vivero, agregó unas 15 plantas de nuez pecán. Con el tiempo, el nogal común se secó, pero el pecán prosperó”, relata Martín.
Esa experiencia inicial sentó las bases para que, en 2007, la familia decidiera apostar de lleno a este cultivo. Actualmente, el emprendimiento cuenta con dos hectáreas plantadas, que albergan entre 1.300 y 1.400 nogales pecán.
Una producción adaptada al clima local
La nuez pecán es originaria de Estados Unidos y México, pero ha demostrado adaptarse muy bien al clima de la región. “Si bien la zona ideal para este cultivo es Entre Ríos, nuestra experiencia nos demostró que el pecán se adapta mucho mejor que otros frutales como almendros o cítricos”, explica Cavo.
El proceso de producción no está exento de desafíos. La planta tarda alrededor de cinco años en comenzar a producir frutos, y alcanza su máxima productividad entre los 10 y 15 años. Cada año, la cosecha se realiza durante los meses de mayo y junio, cuando el fruto está seco y listo para ser recolectado.
Infraestructura y tecnología al servicio del cultivo
El desarrollo de la plantación requirió inversiones importantes en infraestructura. “Al principio comenzamos con el campo vacío, pero con el tiempo incorporamos un galpón para clasificar las nueces y otras instalaciones necesarias”, detalla el ingeniero.
Una vez cosechada, la nuez pasa por un proceso de clasificación, pelado y, en algunos casos, transformación en subproductos como harina y aceite. “En el mercado local agregamos valor al pelar la nuez y producir derivados, mientras que para la exportación trabajamos con plantas certificadas”, señala.
La calidad de la producción ha permitido que las nueces pecán de Cavo lleguen a destinos como China, Estados Unidos y Europa. “Inicialmente exportábamos nueces con cáscara, pero ahora también exportamos nueces peladas, lo que agrega más valor al producto”, comenta.
El productor forma parte de la Cámara Argentina de Productores de Nuez Pecán, una organización que impulsa la exportación y fomenta el desarrollo de este cultivo en el país. “Cada año aumentan las toneladas exportadas, lo que demuestra el potencial de esta industria”, afirma.
Un alimento con alto valor nutricional
Más allá de las oportunidades comerciales, Martín destaca los beneficios para la salud de la nuez pecán. “Es el fruto seco con mayor contenido de antioxidantes, lo que lo convierte en un aliado para combatir el estrés oxidativo, proteger el corazón y cuidar la piel”, explica.
Con su experiencia como ingeniero agrónomo, también asesora a otros productores interesados en incursionar en este cultivo. “Cada vez más personas ven en la nuez pecán una alternativa productiva interesante, incluso aquellos que no están vinculados directamente con el agro”, asegura.
El futuro del pecán en la región
Martín Cavo y su familia representan el esfuerzo y la visión de quienes apuestan por diversificar la producción agropecuaria en Argentina. Desde Baigorrita, han logrado que un cultivo poco conocido se convierta en un producto con proyección internacional, sin perder de vista su compromiso con la calidad y la sustentabilidad.
“Nuestro objetivo es seguir creciendo y abrir nuevas puertas en el mercado externo, mientras consolidamos el mercado interno con productos de alto valor agregado”, concluye Martín, con la pasión y el entusiasmo de quien sabe que el futuro de la nuez pecán está más vigente que nunca.