Con el paso del tiempo, es normal que las sábanas y almohadas blancas se vuelvan de un tono amarillo. Noche tras noche, el sudor corporal y las células muertas de la piel quedan impregnados en los tejidos, de ahí que sea imprescindible ventilar la cama todos los días y cambiar las sábanas una vez por semana.
A pesar de estos buenos hábitos de higiene, el color amarillento puede aparecer, especialmente en las fundas de la almohada. Para erradicar los ácaros o bacterias que puedan proliferar por el lugar donde apoyamos la cabeza al dormir, existen algunos remedios caseros a poner en práctica antes de desechar esa funda o sábana amarilleada.
Esta mezcla requiere solo tres ingredientes: bórax, detergente neutro para lavavajillas y agua tibia.
El bórax o borato de sodio, se comercializa en polvo y es, junto a otros ingredientes como el vinagre de limpieza o el bicarbonato de sodio, un imprescindible para la limpieza del hogar gracias a sus propiedades antisépticas, antibacterianas y desinfectantes. Aunque está presente como compuesto de muchos productos de limpieza, se puede encontrar a la venta en farmacias.
En una pileta o balde lo suficientemente grande, también se podría utilizar una bañera, llenamos con agua tibia y le agregamos un vaso de detergente. Una vez removido bien, agregamos una cucharada bien colmada de bórax. Para evitar posibles irritaciones en las manos, se recomienda llevar puestos guantes de látex al realizar este proceso.
El paso siguiente es sumergir la almohada o la sábana que queramos blanquear y dejarla en remojo durante unos veinte minutos. Una vez pasado ese tiempo, escurrimos la prenda y lo metemos en el lavarropas y lavamos a 40 grados de temperatura junto a un pedazo de papel de aluminio hecho bola. Para secar la funda o sábana, lo ideal es hacerlo al aire libre.
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