Por Diego Abdo
Para Grupo La Verdad
En el año 1999, un grupo apasionado por los automóviles Chevrolet en Junín comenzó a soñar con la idea de reunirse y compartir su amor por los fierros. Este sueño los llevó a emprender los primeros viajes para explorar eventos relacionados con la marca en diferentes lugares del país. Las primeras visitas incluyeron encuentros en Mar del Plata, Rosario y San Martín, donde se encontraba la antigua fábrica de Chevrolet. Estas travesías tenían como objetivo replicar el espíritu de los encuentros en Junín, que, gracias a su ubicación estratégica, vislumbraban como un potencial epicentro chevroletero.
Entre los pioneros se encontraba Huriel Echevarne, quien, junto a otras 10 personas, formaría la primera comisión del Chivo Club Junín. «En 2003, oficializamos el primer encuentro regional de Chevrolet. Participaron personas de distintas partes del país, y nos sorprendió la cantidad de participantes, ya que inicialmente pensábamos que sería gente local», relata Echevarne.
A lo largo de más de 20 años, el club ha consolidado su presencia con más de 40 socios y alrededor de 30 autos agrupados, algunos en condiciones óptimas y otros en proceso de restauración. Se destacan las impresionantes coupés Chevy y los tradicionales Chevys, junto con los emblemáticos Chevolet 400. En la categoría de camionetas, algunos socios exhiben modelos fabricados entre los años 60 y 1978. También se pueden apreciar una variedad de vehículos como el Impala, el Bel Air y el Chevrolet 28, demostrando la diversidad de la marca en el club.
«El Chivo Club Junín se inspiró en otros movimientos similares que estaban surgiendo. Fue uno de los primeros clubes a nivel nacional en recorrer el país, promocionando tanto el club como la localidad en cada ciudad que visitaban», comparte Adrián Salati, uno de los miembros más activos.
A medida que los años pasaron, el club amplió sus actividades más allá de los viajes, incluyendo la organización de eventos solidarios en diversos barrios de Junín, destinados a donaciones en escuelas. Además de recorridos por pueblos y visitas a talleres de otras épocas, los socios participan con entusiasmo en desfiles cívicos y otros eventos, como los homenajes anuales a Eusebio Marcilla.
La pasión por la marca Chevrolet en el Chivo Club Junín surge mayoritariamente de la tradición familiar. Salati destaca: «Todos hemos nacido arriba de esos autos, hemos aprendido a manejar en esos autos en una época en la que el automóvil era parte de la familia y no se cambiaba con la frecuencia actual». Hoy, como adultos, muchos de ellos pueden adquirir esos autos, restaurarlos y revivir esos momentos especiales.
Salati subraya una particularidad de esta pasión: «Lo nuestro no es un fanatismo extremo. Eso es lo que distingue al automovilismo de todo el mundo. A pesar de las preferencias por una marca u otra, cuando hay un encuentro, todos estamos juntos. Siempre hay espacio para chistes, pero también para asados, abrazos y compartir un momento agradable. Es una pasión muy sana que sirve como válvula de escape de la rutina».
Con la obtención de personalidad jurídica, el Chivo Club Junín busca avanzar aún más, organizando eventos distintivos y estableciendo asociaciones con empresas e instituciones que destaquen al club.
El Chivo Club Junín no solo es un club de autos, es una comunidad que celebra la historia, la amistad y la pasión por la emblemática marca Chevrolet.