Mantener un hogar en óptimas condiciones no solo es una cuestión de estética, sino también de seguridad y bienestar. Las refacciones, aunque a veces puedan parecer tediosas y un gasto innecesario, son una inversión fundamental para garantizar la habitabilidad y el valor de la propiedad. Sin embargo, no todas las refacciones son iguales. Algunas son urgentes y deben abordarse de inmediato, mientras que otras pueden posponerse sin mayor inconveniente.
Refacciones estructurales
Las refacciones estructurales son aquellas que, de no atenderse, pueden poner en riesgo la integridad de la vivienda y la seguridad de sus habitantes. Las refacciones se pueden dividir en tres: estéticas, funcionales y estructurales. Las que son prioritarias porque pueden implicar algún tipo de peligro, son las estructurales, por ejemplo si está mal hecha la caída de un techo, alguna canaleta por la cual rebalsa mucha agua o una humedad que brota de las paredes, son por las cuales debemos empezar ya que comprometen la salud de las personas que habitan la casa.
Por tanto, es fundamental que estos tipos de refacciones se realicen de inmediato para prevenir daños mayores y garantizar un entorno seguro.
Refacciones funcionales
Las refacciones funcionales, son cuando queremos agregar un dormitorio, porque se sumó un nuevo integrante a la familia o un baño que posibilita una mayor comodidad. Este tipo de reformas, si bien no comprometen la habitabilidad, nos harían la vida mucho más cómoda.
Las refacciones funcionales, aunque no sean tan urgentes como las estructurales, tienen un impacto significativo en la comodidad y funcionalidad del hogar. Estos arreglos incluyen la adición de dormitorios para una familia en crecimiento, la construcción de un baño adicional o la instalación de una cocina más moderna y eficiente. Si bien estos cambios no comprometen la seguridad de la vivienda, pueden mejorar notablemente la calidad de vida de los habitantes.
Refacciones estéticas
Estas acciones mejoran la calidad de vida de los habitantes, haciendo que el hogar sea un espacio más funcional y disfrutable.
Son, por ejemplo, lograr un «mayor orden visual en el living o despertar los sentidos por medio de los colores en una habitación» y que también se tratan de «cambios super importantes».
Las refacciones estéticas, aunque a menudo se consideran menos prioritarias, también juegan un papel importante en la mejora del hogar. Estas incluyen la pintura de paredes, la renovación de suelos, la actualización de la decoración y la mejora del orden visual en espacios comunes como el salón. Estas mejoras no solo hacen que el hogar sea más agradable a la vista, sino que también pueden aumentar significativamente el valor de la propiedad. El Home Staging, por ejemplo, es una técnica que transforma la apariencia de un inmueble para hacerlo más atractivo a posibles compradores o inquilinos, incrementando así las posibilidades de venta o alquiler.
Claves del éxito
Para llevar a cabo las refacciones en el hogar de manera eficiente, es crucial tener una buena planificación y organización. Se recomienda dividir el proyecto en etapas, priorizando las reparaciones más urgentes y estableciendo un cronograma claro.