Por Redacción Grupo La Verdad
En agosto último, el Ministerio de Educación porteño estableció una serie de pautas para regular el uso de los celulares en las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires.
La resolución planteaba que cada escuela debería incluir en su proyecto escolar una distinción entre los usos pedagógicos y los recreativos de los celulares dentro del establecimiento.
Según el Gobierno porteño, la medida fue consensuada con equipos docentes, especialistas y representantes de ONGs y tendrá impacto en 566 mil estudiantes de 2.291 escuelas de nivel inicial, primario y secundario tanto públicas como privadas. Se buscaba estimular la concentración de los alumnos en las horas de clase y promover la socialización durante los recreos.
Según la nueva resolución, en las escuelas primarias y los jardines quedaba bajo responsabilidad de las familias que sus chicos lleven celulares, pero no podrían usarlos durante clases y recreos.
En secundario, los teléfonos y tablets deberían estar guardados durante las horas de clase excepto en las actividades pedagógicas planificadas. Las autoridades de cada escuela deberán comunicar a toda la comunidad educativa (estudiantes, docentes y familias) las pautas y condiciones para el uso adecuado de los dispositivos.
Un par de meses después de la presentación de la resolución, el Gobierno porteño decidió realizar un relevamiento entre 50 escuelas secundarias de la ciudad. La encuesta tuvo lugar entre el 2 y el 18 de octubre, con la participación de 4.082 estudiantes de tercer año, 150 docentes del mismo nivel y 40 directivos de instituciones estatales y privadas.
Los resultados del informe, ya publicados por el Ministerio de Educación, indican que varios hábitos fueron modificados entre los alumnos: el 57 por ciento presta más atención en clase, un 47 por ciento conversa más con amigos y, a la vez, el 41 por ciento se aburre más. Estas mismas modificaciones también fueron percibidas por los directivos.
Concientización
En el caso de Junín, el Colegio Santa Unión fue una de las primeras entidades en regular el uso de estos dispositivos técnicos en el establecimiento educativo, en toda la unidad académica.
Débora Lumbardini, desde la institución, indicó a Grupo La Verdad que “nosotros la medida la empezamos a implementar después del receso escolar, tras las vacaciones de invierno. Antes de tomar esta medida se hicieron talleres para concientizar a los chicos sobre el buen uso del celular y se informó a las familias”.
La entrevistada marcó en ese punto que “habíamos notado aspectos negativos en lo diario, ahora lo que podemos rescatar en estos cuatro meses es que el rendimiento de los chicos mejoró muchísimo, como también los vínculos entre ellos. Nosotros caminábamos los pasillos y podíamos ver cómo los chicos estaban metidos dentro del celular, uno pasaba diciendo buen día y ni siquiera le contestaban”.
Lumbardini agregó además que “los juegos on line eran los más elegidos, sobre todo por los más grandes, a partir de eso empezamos a pensar en qué posibilidades había de sacar el celular para ver de qué manera se podía mejorar este tipo de situación”.
En la continuidad de la entrevista con este medio, la representante del Colegio Santa Unión advirtió que “el uso del celular de manera indebida puede traer aparejadas varias problemáticas, hoy nosotros podemos decir que el rendimiento académico ha mejorado muchísimo, lo mismo que lo vincular. Los docentes nos dicen que los chicos prestan más atención y están más participativos”.
En el caso del Colegio Santa Unión los alumnos tampoco pueden utilizar los teléfonos celulares en los recreos. Con las familias se consensuó que si algún estudiante requería llevar a la escuela el teléfono por un tema de organización familiar, no se utilice dentro del establecimiento.
“Todos los medios de la escuela están a disposición para que los alumnos se comuniquen con los familiares si es necesario en algún caso. Lo ideal es que no traigan el celular, pero si lo traen hay cajas en los cuales los dejan depositados cuando ingresan y los retiran cuando concluye la jornada escolar. Esas cajas quedan bajo llave en la preceptoría”, pormenorizó Lumbardini.
“Los padres están al tanto de todo esto, lo que decidimos lo hicimos saber y argumentamos ante las familias, que acompañan mucho en este sentido. No puede ser que para muchos chicos el celular sea una extensión de la mano, no pueden tener una dependencia tal del teléfono. Muchos padres cuando hicimos saber esto aplaudieron la medida”, apuntó en otro segmento del diálogo periodístico.
Y subrayó: “Hubo algunos planteos, que los tomamos para que los alumnos aprendan a regular el uso del celular. El uso pedagógico llevó a una desregulación total en cuanto al uso. Hemos tenido incluso problemáticas de bullying. Hay hábitos que a partir de esta medida fueron modificados. Cambió mucho la práctica áulica. Esto lo vamos a reafirmar, al principio fue complicado implementar la medida, pero estamos ya habituados a la metodología”.
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