A poco más de un mes para las elecciones en el Club Atlético Sarmiento, la agrupación «De Corazón Verde” emerge como la principal contendiente del oficialismo, encarnado en la figura de Diego Fernández, quien ya formó parte de la comisión directiva en el pasado. Lejos de una confrontación antagónica, Fernández insiste en un objetivo común: el bienestar del club. En diálogo exclusivo, el candidato a presidente por la oposición comparte su visión sobre el Sarmiento que se viene, marcada por la incertidumbre ante la salida de Fernando Chiófalo tras dos décadas de liderazgo y la necesidad de una transición armónica.
«La motivación nueva, obviamente, es la pasión y la identificación con el club y el entendimiento de que hay muchas cosas muy bien hechas en el club desde hace mucho tiempo a esta parte con la conducción de Fernando y algunas otras que se podrían rectificar para mejor de la institución», explica Fernández, dejando en claro que su intención no es demoler lo construido, sino aportar una visión complementaria.
Sin embargo, el panorama electoral se vio sacudido por el anuncio de Chiófalo de no continuar en la conducción del club, sumado a la renuncia de Claudio Perkusic, el hombre ungido como su sucesor. Esta situación generó un comunicado por parte de «De Corazón Verde» que hablaba de una «delicada situación», término que fue interpretado por el oficialismo como una alusión a una «crisis institucional».
Fernández se apresura a aclarar: «En realidad no hay ninguna crisis. Y nosotros nunca hablamos de crisis institucional. De hecho, el comunicado no dice crisis institucional, sino delicada situación, y que básicamente la delicada situación está dada por el hecho de que Fernando, después de 20 años de manejar él los destinos del club, de acá a un mes y medio, no está más. Y eso lo hace delicado porque, además, él mismo quiso designar como su sucesor a Claudio Perkusic, que nosotros también apoyamos la idea, y Claudio tampoco está. Entonces, a un mes y medio, dos meses de su partida, no tenemos, por lo menos del lado del oficialismo, nadie en condiciones de continuar, lo cual de hecho hace que la situación sea delicada, nada más que eso».
El candidato opositor enfatiza que la «situación delicada» radica en la abrupta salida de un líder que concentró durante años la toma de decisiones. «Esto es como que te den el auto de Fórmula 1, lo pintó y a 400 kilómetros por hora y con la curva a cinco metros, eso es el club hoy», grafica Fernández, aludiendo a la complejidad de gestionar un club con 150 empleados y un déficit considerable cada vez que abre el estadio.
Ante este escenario, la agrupación «De Corazón Verde» aboga por una lista de unidad. «Hoy lo mejor para Sarmiento sería evitar una elección y tratar de generar una lista unidad entre el grupo de trabajo de Fernando que está hoy y que quiere permanecer, y el grupo de trabajo nuestro que está en condiciones y con intenciones de colaborar», propone Fernández, resaltando la buena relación y la sintonía existente entre ambos sectores. «Entendemos que sería lo mejor, no por nada, no es simple la frase hecha. Viene encadenado con lo que hablamos de esta delicada situación, claro, y del poco tiempo que hay para trabajar en lo muy importante que se viene», agrega, haciendo hincapié en la crucial campaña deportiva que se avecina.
Sin embargo, la postura del oficialismo parece ser de confrontación. «Del lado de Fernando, si uno lo escucha reiterar las oportunidades, marca una diferenciación entre unos y otros que en realidad, a mi modo de ver, no es tal», lamenta Fernández, a pesar de reconocer la trayectoria de Chiófalo: «En esos 20 años de la mejor etapa de Sarmiento es historia. Muchos de los que están en nuestra agrupación han sido partícipes de sus comisiones allí».
De cara al futuro, Fernández adelanta los pilares de su gestión en caso de acceder a la presidencia. En primer lugar, asegura la continuidad de la disciplina económica impuesta en los últimos años: «El orden económico que hoy supuestamente hay en el club, es sacramental, un presupuesto ordenado y una disciplina innegociable, no se va a gastar más de lo que entra».
En cuanto a lo deportivo, la propuesta de «De Corazón Verde» se centra en un cambio de paradigma: «Rectificar su política deportiva para conformarse en un foro de formación de jugadores a nivel nacional e internacional y ser un club exportador de jugadores». Esto implica una reasignación de recursos hacia las divisiones inferiores, fortaleciendo la infraestructura, el cuerpo técnico y el sistema de captación de talentos, en consonancia con una política de primera división que promueva el desarrollo de los futbolistas propios.
«Esa tiene que ser la política deportiva, que es la única que nos puede hacer sustentables a mediano y largo plazo», argumenta Fernández, contraponiendo esta visión a la dependencia de contrataciones constantes. «La forma de hacer un Sarmiento sustentable es teniendo tus propios jugadores, produciéndolos, vendiéndolos, generando recursos genuinos».
En relación al presupuesto, Fernández reconoce su magnitud y la importancia de los sponsors históricos, pero confía en la posibilidad de mantenerlos e incluso sumar nuevos. En cuanto a la masa societaria, propone campañas agresivas para aumentarla, incluyendo beneficios para los socios menores.
Finalmente, consultado sobre la figura de Javier Sanguinetti como entrenador, Fernández prefiere esperar el desarrollo de los próximos partidos para evaluar su continuidad, aunque su preferencia personal se inclina por un Sarmiento protagonista en su juego, rescatando la identidad histórica del club.
A poco más de un mes de las elecciones, la incertidumbre sobre el futuro de la conducción de Sarmiento es palpable. La propuesta de unidad de «De Corazón Verde» choca, por el momento, con la postura del oficialismo. Los socios tendrán la última palabra para definir el rumbo del club en esta nueva etapa post-Chiófalo.