Por Redacción Grupo La Verdad
Este año se registraron 1.507 casos de dengue en Junín, según confirmó el secretario de Salud municipal, Gabriel D’Andrea, quien habló sobre los trabajos que se proyectan para iniciar una campaña de prevención que impida el desarrollo los mosquitos transmisores de la enfermedad.
“Estamos en alerta y en pie de guerra, no estamos complicados en este momento pero no podemos perder de vista que los mosquitos no murieron en el invierno y se prevén altas temperaturas y humedad, que son las condiciones ideales para el desarrollo de las larvas que quedaron”, señaló el funcionario.
Además, dijo que “desde el punto de vista de la salud, nos preocupa el mosquito transmisor del dengue, que produce la enfermedad. Lo que hicimos este verano fue un trabajo intenso, porque nos encontramos con el alza de casos y Junín y la zona fueron considerados ‘focos’. Este año tuvimos 1.507 casos, graves muy pocos –refiriéndonos a algún tipo de internación- y un caso de una persona fallecida, pero sigue en estudio por cuál motivo”.
“En esta situación, lo que debe hacerse es un control de foco, o sea en cada domicilio de los infectados se hizo la fumigación y luego perifoco, que son las cuadras que lo rodean”, explicó.
En campaña
D’Andrea dijo que “ahora estamos previendo la situación que puede llegar a darse, cuando arranquen los días de calor. Ya estamos gestionando una red de trabajo entre el municipio, instituciones públicas y privada y la comunidad, porque lo que debemos hacer es prevención, que es la mejor medida, evitando el desarrollo de larvas y mosquitos”.
“Por esto estuvimos en plazas y en la Rural, además de hacer un timbreo para explicar a los vecinos del barrio Las Morochas, que fue uno de los más afectados, la importancia del descacharreo y la eliminación de cualquier cacharro que pueda juntar agua”, detalló.
El secretario de Salud observó que “lo que se está viendo en los últimos estudios es una alteración genética en los mosquitos que los hace resistentes a algunos tipos de insecticidas. Por eso es vital la prevención y eliminar los reservorios”.
“Vamos a hacer en los próximos días una reunión con los clubes, que reciben a diario cientos de chicos, y hemos visto latas y algunas cosas que pueden generar el depósito de huevos de estos mosquitos, así que vamos a estar asesorando para el descacharreo”, concluyó.
Acciones de prevención
En los últimos días autoridades municipales se hicieron presente en el Club Mariano Moreno para supervisar junto a los integrantes de la comisión directiva el operativo de descacharrado que se realizó en las instalaciones ubicadas en Winter y Bolivia, donde se despejó el espacio de elementos que puedan acumular agua y basura, ya que son los lugares donde el Aedes Aegypti, mosquito transmisor del dengue, deposita sus huevos.
Allí, Cecilia Laffaye, titular de la subsecretaría de Medio Ambiente del municipio, manifestó: “Estamos muy contentos realmente de estar llevando adelante un nuevo operativo, en esta oportunidad en una institución deportiva, esto quiere decir que los vecinos de nuestra ciudad están tomando conciencia, esta campaña de sensibilización respecto a cómo prevenir esta enfermedad tan importante está dando resultados. El Club Mariano Moreno nos contactó para realizar este accionar y la verdad que felicitamos la iniciativa y el compromiso de toda la comisión directiva, son ellos los encargados de realizar los trabajos de mantenimiento y de limpieza, son muchos lugares de la ciudad donde están este tipo de criaderos, y hoy estar acá acompañándolos y asesorando en cómo hacer esta prevención es tarea nuestra, vamos a seguir realizando este trabajo tan profundo”.
Seguidamente, Agustina Cacheiro, directora de Zoonosis, señaló: “Como siempre hacemos hincapié en el proceso de descacharrado, el Aedes Aegypti es muy urbano, muy citadino, le gusta vivir en el patio de nuestras casas, necesita de los criaderos artificiales para colocar sus huevos, que son los recipientes, tarros, cubiertas en desuso, entre otros objetos que puedan acumular agua”.
“Otra de las realidad es que no hay más viralizador que los niños, por ende, nos parece bárbaro que las instituciones deportivas, los clubes del ciudad, se sumen a esta iniciativa de realizar una limpieza en las instalaciones del lugar, y para esto tienen el apoyo del Municipio para bajar a lo máximo posible la crianza de este mosquito”, afirmó y luego recordó: “Sin criadero artificial no hay mosquito y sin mosquito, no hay dengue, esta es la única especie que transmite esta enfermedad, y la idea es que cada padre se sienta tranquilo de que su hijo o su hija está cuidado en el club al que concurre”.
“Desquiciante”
Tras una temporada récord en relación con el dengue que mantuvo en vilo a las autoridades sanitarias bonaerenses y pese a que no hay circulación activa del virus en ningún municipio, desde el Gobierno de Axel Kicillof alertaron hace un par de semanas por lo que viene: un brote muy grave que “será desquiciante para la población”.
Así lo hizo saber entonces el ministro de Salud, Nicolás Kreplak, quien cuestionó a la administración de Javier Milei por la falta de coordinación nacional para prevenir un nuevo brote y aseguró estamos frente a un “momento de gravedad inusitada” que estallará en los próximos meses.
“La falta de diálogo del Gobierno con las provincias es una de las partes principales del problema. Si esto sigue de esta manera la parte más seria del problema se va a ver en la próxima epidemia de dengue que probablemente venga muy grave“, advirtió Kreplak.
Resistentes a insecticidas
La semana pasada se supo que especialistas del CONICET, de la Fundación Mundo Sano y del Instituto Oswaldo Cruz, en Río de Janeiro (Brasil), identificaron una mutación genética que confiere una alta resistencia a los insectos de la especie Aedes aegypti cuando entran en contacto con insecticidas del grupo de los piretroides. Los resultados del trabajo fueron publicados en la revista especializada Parasites & Vectors.
“Hemos realizado el primer estudio que no solamente encuentra una mutación genética que hasta ahora no había sido registrada en los mosquitos Aedes aegypti de Argentina, sino que además se demuestra, a través de ensayos toxicológicos, que está correlacionada con la capacidad de resistir el efecto de insecticidas del grupo de los piretroides”, afirma Laura Harburguer, directora del estudio e investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (CITEDEF, Ministerio de Defensa) y en el Centro de Investigaciones de Plagas e Insecticidas de Villa Martelli (CIPEIN, CONICET-UNIDEF-CITEDEF).
“Además, comprobamos que existe una alternativa que podría ser eficaz para controlar a ese vector de enfermedades cuya creciente resistencia representa una amenaza para la salud pública”, añade la especialista.
En Argentina, los primeros casos de dengue registrados datan del año 1998 y, desde ese momento, se utilizaron insecticidas del grupo de los piretroides (permetrina en particular) para el control del mosquito Aedes aegypti que transmite la enfermedad.
Hasta el año 2013, no se habían registrado fallas en las actividades de control de vectores, cuando en la localidad de Salvador Mazza (Salta) se empezó a observar que la aplicación de piretroides no producía un descenso significativo en la población del mosquito.
Especialistas del CONICET de la Universidad de Salta recogieron huevos de mosquitos Aedes aegypti en la localidad de Orán (Salta). Y colegas de la Fundación Mundo Sano hicieron lo mismo en Tartagal (Salta), Clorinda (Formosa) y Puerto Iguazú (Misiones).
“Bajo estrictas medidas de bioseguridad criamos estos huevos en nuestro laboratorio hasta llegar a adultos, y comprobamos que todas las poblaciones evaluadas tenían una muy elevada resistencia a piretroides cuando los exponíamos a dosis normalmente letales. Evaluamos hasta 10 veces las dosis que se utilizan y los mosquitos siguen siendo resistentes”, indica Harburguer, doctora en Biología e integrante del CIPEIN designado Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la resistencia e investigación de los insecticidas en vectores de Chagas y Dengue.
En colaboración con científicos del Instituto Oswaldo Cruz, en Río de Janeiro, en Brasil, se detectó por primera vez la mutación genética V410L en la muestra representativa de vectores del dengue colectados en el norte argentino. “En los bioensayos toxicológicos descubrimos que la presencia de esta nueva mutación genética detectada en nuestro trabajo y otras dos mutaciones reportadas previamente (F1534C y V1016I) se expresan en la mayoría de los individuos resistentes a los insecticidas del grupo de los piretroides”, puntualiza Harburguer.
En esa línea, Paula Gonzalez, primera autora del estudio e investigadora del CONICET en el CITEDEF y en el CIPEIN, destaca “que la evaluación toxicológica reveló que la presencia de las tres mutaciones genéticas (V410L, F1534C y V1016I) en los mosquitos analizados está involucrada en la elevada resistencia a piretroides”.
Una alternativa eficaz
Con el fin de proveer a la sociedad una nueva herramienta de control del vector del dengue, Harburguer, González y colegas también hicieron experimentos adicionales para explorar una alternativa eficaz.
“Encontramos que todas las poblaciones de Aedes aegypti colectadas en campo eran susceptibles, es decir, tenían un 100% de mortalidad a un compuesto que se llama pirimifosmetil, que es un órgano fosforado”, destaca Harburguer.
El pirimifosmetil no está aprobado aún en Argentina, pero sí en varios países y está recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para su uso en el control de Aedes aegypti. “Si se siguen las recomendaciones de uso de este compuesto, sería una alternativa de control para reducir el vector del dengue en nuestro país, pero tendría que estar acompañado de una campaña de manejo integrado que incluya el descacharrado, el control de las larvas y la participación de la comunidad en este tipo de actividades, porque no podemos depender solamente de los insecticidas”, explica Harburguer. Y añade: “Si el control se basa solo en un tipo de insecticida, su aplicación repetitiva va a generar resistencia y en unos años si no hacemos un manejo integrado del vector, vamos a estar otra vez en la misma situación”.
Del avance científico también participaron Paola Castillo y José F. Gil, del Instituto de Investigaciones en Energía no Convencional, Grupo de Ambiente y Salud (INENCO, CONICET-Universidad Nacional de Salta); Manuel Espinosa y Andrea Gómez-Bravo, de la Fundación Mundo Sano; y Aline C. Loureiro y Ademir J. Martins, del Laboratorio de Biología, Control y Vigilancia de Insectos Vectores del Instituto Oswaldo Cruz, en Rio de Janeiro, Brasil.
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