IMEC, una institución que supo marcar un rumbo distinto en la medicina de la ciudad, como es de público conocimiento, muere sin remedio. Y muere de esta forma triste e indigna por responsabilidad absoluta de todos Uds., señores (?) dueños, la mayoría por acción, algunos por omisión (lavarse las manos, desoír nuestras advertencias y ruegos, y mirar para otro lado también conlleva responsabilidad). Y siempre, de fondo, la codicia, las luchas de poder, caprichos personales, la avaricia extrema.
¿Cómo pudieron? ¿Cómo fueron capaces de permitir lo que permitieron? ¿Cómo dejaron que faltaran insumos básicos como comida, sueros, guantes descartables, medicamentos varios, cloro?
¿Cómo pudieron seguir mirándonos a los ojos, y cómo pueden seguir con su vida tranquilamente sabiendo que nosotros, sus empleados, mal cobrados, con aportes irregulares, sin obra social y con destratos varios, en nuestra desesperada impotencia, comprábamos de nuestro bolsillo lo que era imprescindible para atender a los pacientes internados, mientras Uds. seguían cobrando sus honorarios como siempre, delante de nuestras narices, exasperantemente indiferentes ante nuestra crispación ?
¿Cómo permitiste, Héctor Lorenzo, director en ese momento, que en pandemia nuestros jefes inmediatos, el administrador cdor. Mauricio Calabró y la gerente de Recursos Humanos, cdora. María José Castro, ambos de 30 y pocos años en ese momento, huyeran con despavorida cobardía el minuto uno del día uno de la pandemia, con excusas risibles, mientras que todos los demás, muchos de casi sesenta años, nos quedáramos al pie del cañón, poniendo en riesgo nuestra vida y la de los nuestros, sin siquiera dudarlo un instante?
¿Cómo permitieron, en pandemia también, que un único médico con problemas de adicciones y en condiciones físicas y psíquicas en absoluto aptas para esa función quedara como único médico de guardia, de piso y de terapia, a cargo de enfermos graves, con asistencia respiratoria, etc.?
¿Cómo dejaron que los pacientes queden sin calefacción ni aire acondicionado, sin cortinas, ni sábanas, ni timbres en las habitaciones para llamar a enfermería? ¿Cómo permitieron el manejo irregular de los residuos patológicos?
Ser médico es mucho más que estudiar medicina y obtener el título.
Nosotros, sus empleados, hemos estado infinitamente más a la altura que Uds. cumpliendo las funciones que cada uno teníamos, y muchas más, las que fueran necesarias. Uds. nos han abandonado, no sólo en lo económico, con infinitas deudas de haberes, de aportes y de obra social, sino peor aún, como ya queda expuesto, en la tarea profesional.
Una vez más, hemos perdido económicamente. Pero, caramba, qué orgullosa me siento de mis compañeros y de mí.
Aunque muchas de estas acciones podrían constituir delitos graves estamos, lamentablemente, en un tiempo y un lugar de mucha hipocresía e impunidad, así que seguramente seguirán con sus vidas sin que nada de todo esto los roce.
Allá ustedes.
Andrea Bergamini
DNI 14.187.598
Nutricionista de la Institución desde su nacimiento, el 3/11/86 hasta la fecha
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