Dino Ghione creció dentro del Club de Planeadores de Junín gracias a su padre, quien era piloto. El club era más que un lugar para volar, era un centro social donde pasaba mucho tiempo. Además de ver la actividad desde el propio club también iban a los torneos los cuales implicaban algunos días de acampe, eso le permitía vivir la vida de los pilotos desde adentro.
Fue durante uno de estos campeonatos, mientras compartía con amigos, que decidió tomar el vuelo en serio. Realizó el curso de piloto junto a Manuel y al poco tiempo ya estaban compitiendo y desde ahí no paro nunca más de volar.
Para Dino la sensación de volar es única, estar en el aire lo describe como una inyección en el cuerpo que de dan ganas de seguir viviendo, pero muchas veces en competencia eso se olvida “hay veces donde en el medio de la competencia, uno pierde un poco esa parte del negocio mismo de la actividad, uno gasta tanta energía en un montón de cosas que se olvida, pero no la verdad es que viví cosas que me han gustado mucho esta actividad”.
El deporte también le regaló momentos únicos como poder volar con su padre que hacía 40 años que había dejado de ser piloto, también pudo dar muchas instrucciones en la escuela del club y eso le permitió sacar a varios pilotos, recorrer gran parte del país volando “la verdad que ha sido siempre un placer y sigue siendo una locura lo que vivo a diario con este deporte, gracias a los planeadores”.
Desde afuera uno puede pensar que el hecho de volar puede traer cierto peligro “mira la realidad es que uno naturaliza la situación, el deporte se pone riesgoso cuando lo hacemos de manera competitiva con muchos planeadores, muy juntos, en un club salir a hacer un vuelo es muy poco riesgoso, es menos riesgoso que trasladarse en auto. El planeador no tiene nada mecánicamente difícil, ni tiene posibilidades de romperse, ni cualquier piloto estándar puede manejarlo con la suficiente necesaria como para que no pase nada, se puede aterrizar en un campo o en un pedazo de tierra que no sean la pista entonces no es no es un problema.”
A la hora de competir se vive de otra manera los riesgos que pueden tener “uno se da cuenta que naturaliza muchas situaciones donde lleva los márgenes un poco más allá y nosotros por eso tenemos siempre de manera periódica charlas de seguridad para mantenernos justamente atentos a eso. Entre nosotros mismos, con mis compañeros, en los momentos finales de los campeonatos más que nada como en no naturalizamos ciertas cosas, nos demos cuenta de tenemos que tener más cuidado, porque uno está tan tranquilo arriba el planeador, pero después de haber estado 30 o 40 horas en las últimas semanas volando y bueno la relajación en exceso de confianza y estar en situación potencial de riesgos no es una buena combinación”.
Dino en las últimas semanas se consagró subcampeón en el Campeonato Nacional de Vuelo, un torneo que tiene el mismo formato que los mundiales, son 12 días de competencia estrictamente, con algunos días agregados de entrenamiento. Pero son esos días de competencia donde se suman los puntos, gana aquel que ha cosechado la mayor cantidad de puntos al final del certamen en base a los días que se vuelan, se evalúan la cantidad de horas de vuelo por día, el formato de vuelo, la distancia, la dirección deportiva, entre otras cosas.
“Normalmente el día arranca con la mañana para preparar el planeador dependiendo la categoría, normalmente ya están todos los canales en la grilla, serían la pista, te dan un lugar que te toca y te dura todo el campeonato. Hay una reunión de pilotos, donde se ve tanto lo deportivo, las operaciones y las condiciones meteorológicas, nos dan toda la información que nosotros necesitamos. A veces se vuelan más de tres horas por día, a partir del sexto día se pone difícil el tema del descanso, una empieza a estar como agobiado y muchas veces se vuelve definitorio para la clasificación llegar a los últimos días con energía suficiente”.
Luego de tantos años compitiendo y logrando varias cosas Dino lo vive con mayor tranquilidad “cada campeonato nuevo lo estoy viviendo como más tranquilo que las anteriores o al menos obviamente tiene que ver con la experiencia. Siento que hay menos cosas que tengo que terminar de resolver porque estoy llegando a cada campeonato mejor que el anterior. Paso que faltando una semana para el campeonato varios que iban a mi categoría se le dieron de baja por cuestiones personales y eso por un lado me no me desalentó, pero también a mí me gusta competir siempre con los mejores de ser posible y a su vez también generó un poquito de presión porque quedamos por decirlo de alguna forma entre los favoritos”.
Dino hace un recorrido hacía atrás en su carrera y recuerda sus momentos más importantes “la perspectiva me muestra que cuando gané el Nacional allá en el 2016, cuando debuté, por un lado tenía cierta inconsciencia a buena hora porque me doy cuenta que fue todo muy natural. Luego después de eso como que me volví más exigente conmigo mismo. La realidad también es que ha habido otros campeonatos en los que he salido también en subcampeón o algunos vuelos a particulares muy largos. Son son cosas que la realidad lo pienso cuando yo tenía 13,14 años iba a los campeonatos y veía a los tipos que volaban y decía, qué increíble como vuelan todas, las cosas que hacen y hoy la mayoría de todas las cosas que yo nunca en mi vida pensé que iba a hacer las estoy haciendo, es todo demasiado bueno en lo que ha sido mi carrera deportiva”.
El 2025 es un año prometedor para Dino porque va a cumplir el sueño de estar en la Selección Argentina compitiendo en el Mundial 2025 que se llevara a cabo en la ciudad de Tabor, al sur de Praga, “Para mí es una absoluta novedad y me parece una locura, un sueño por cumplir, esperemos que todo vaya por los carriles normales y estar ahí haciendo eso”.