El ginecólogo Julio Aparicio brindó precisiones sobre factores de riesgo y síntomas del cuarto tipo de cáncer más frecuente en las mujeres.
El médico ginecólogo de Clínica Centro, Julio Aparicio, se refirió al cáncer de cuello uterino al conmemorarse el día mundial, precisando los factores de riesgo, síntomas y medidas de prevención que deben adoptarse.
El cáncer de cuello de útero es el cuarto tipo de cáncer más frecuente en las mujeres de todo el mundo. “La prevención primaria se refiere al tema vacunas, que en este caso es la del Papiloma Humano. Como factores de riesgo tenemos como primer punto que no hay cáncer de cuello uterino si no hay virus de papiloma, una infección que aparece fundamentalmente por transmisión sexual que lesiona al cuello del útero”, explicó el profesional.
En este marco, detalló que “también hay otros factores como la desnutrición, el hábito de fumar más de 15 cigarrillos por día, el aumento de las parejas sexuales, el sistema inmunológico debilitado del paciente… son cuestiones que facilitarían el cáncer de cuello de útero”.
“Por eso, la prevención primaria es la colocación de la vacuna contra el HPV, que se aplica por calendario nacional, obligatorio y gratuito en todos los centros de vacunación para niñas y niños a partir de los 11 años”, agregó.
SÍNTOMAS Y DIAGNÓSTICO
El doctor Julio Aparicio contó que “el cáncer de cuello de útero a veces no da síntomas y a veces se llega un poco tarde al diagnóstico, por eso es tan importante hacer el control ginecológico en forma anual que incluye el PAP”.
“A veces se presentan lesiones que no llegan todavía a ser cáncer, son precancerosas, sobre las que puede realizarse un diagnóstico precoz y llegar a tratarlas”, apuntó.
A la vez, resaltó que “si la enfermedad estuviera instalada, podríamos detectar flujo vaginal maloliente, sangrado vaginal, dolor pélvico, que corresponden a un tumor más avanzado. La edad más común es entre los 20 y 65 años”.
MENOS CASOS
En lo que hace a las consultas, Aparicio dijo que “cada vez se ven menos casos porque desde el 2000 la vacuna está en la población, con 24 años de vacunación así que vemos menos casos de lesiones avanzadas. Por eso, con el PAP podemos llegar antes a detectar las lesiones que son precancerosas, que pueden tratarse a tiempo”.
En este marco, dijo que “lo habitual es hacer el PAP una vez al año, desde que inicia sus relaciones sexuales, porque el contacto con el virus aparece en este momento. Por eso se vacuna para que el cuerpo tenga memoria cuando aparezca, tenga memoria y pueda luchar para que no se genere una lesión”.
“Si se trata de un paciente que no posee factores de riesgo y el PAP sale bien, el estudio puede repetirse después del año”, agregó, explicando finalmente que “se trata de una citología, que se practica extrayendo células del cuello del útero que se envían al patólogo que dice si son sanas o tienen algún grado de malignidad”.