El joven rugbier Juan Patricio Batac, formado en el club juninense Los Miuras, fue convocado para el Campeonato Panamericano de Rugby Seven. El torneo, que se desarrollará del 8 al 23 de agosto en Asunción, Paraguay, representa una gran oportunidad para el deportista. En una reciente entrevista, Batac se mostró muy feliz por la noticia y destacó el apoyo de su familia y entrenadores, repasando su trayectoria desde sus inicios en Junín hasta su presente en Buenos Aires.
Con la mente puesta en el debut, Batac se prepara para representar al país en un torneo clave, donde Argentina buscará consolidar su liderazgo continental. «Vivir del rugby y llegar a Los Pumas sería el logro máximo», confiesa el jugador, que ya sueña con un futuro profesional en el deporte.
La noticia llegó como un torbellino para Juan Patricio Batac. Formado en las canchas del club Los Miuras de Junín, el joven de 20 años fue convocado para integrar el plantel de Los Pumas Seven M20 que participará del Campeonato Panamericano en Asunción, Paraguay. Del 8 al 23 de agosto, el talento juninense se vestirá de celeste y blanco, llevando consigo el orgullo de su club de origen y la experiencia de un camino lleno de sacrificios y pasión.
Con la mirada en su presente, Juan Patricio no ocultó su emoción: «La verdad que es un orgullo tremendo, una felicidad muy grande para mí y para mi familia. Desde chico vengo jugando y bueno, que se cumpla de esta forma es una felicidad tremenda».
La convocatoria, que se dio en el marco de un año cargado de logros personales, se siente como la culminación de un esfuerzo sostenido, un reconocimiento a su dedicación y a la constante búsqueda de superación. El joven rugbier compartió la noticia con sus seres queridos, un momento que refleja la importancia del apoyo familiar en su carrera.
El camino de Batac hacia la selección no fue fortuito. Con una vida dedicada al rugby, su formación en Los Miuras sentó las bases de su carrera. «Arranqué a los 4 años, hice desde muy chiquito todas las infantiles y juveniles en el club», recuerda con cierta nostalgia. Su padre fue el gran impulsor de esta pasión, llevándolo a la cancha desde sus primeros años. Este legado familiar y deportivo se convirtió en el motor que lo impulsó a lo largo de su trayectoria. El rugbier no duda en expresar su gratitud: «Hoy tengo que agradecer a todo el club que me formó como jugador y como persona. Me llevo los mejores momentos de ahí».

LA TRANSICIÓN A BUENOS AIRES: UN SALTO DE CALIDAD Y ADAPTACIÓN
A los 17 años, Juanpa tomó la valiente decisión de mudarse a Buenos Aires para estudiar, pero el rugby lo acompañó en cada paso. Se unió al club Atlético San Isidro (CASI), un verdadero templo del rugby argentino, donde su juego evolucionó a otro nivel. El cambio, admite, fue desafiante al principio. «El juego cambia, es como mucho más dinámico y quizás más físico. Son otros los entrenamientos, hay más nivel claramente. Buenos Aires es uno de los mejores, si no te diría el mejor nivel de Argentina», explica.
La primera etapa fue de adaptación y aprendizaje. «El primer año quizás me costó, la primera parte, los primeros seis meses, digamos. Después ya cuando vas conociendo, porque es toda gente nueva, que vas conociendo, al principio y después te vas haciendo amigos, conociendo a los entrenadores y la verdad que me recibieron muy bien y por eso se me hizo más fácil». Una vez superada la fase de adaptación, el segundo año fue mucho más productivo. «Ya estuve mucho mejor. Tuvimos una gira en el medio que me ayudo a afianzarme y bueno ahora subí a plantel superior, otras caras nuevas, pero también te reciben de 10 y la estoy pasando muy bien, así que muy contento».
Este salto de calidad y la exigencia del rugby metropolitano forjaron en Batac un jugador más completo y preparado para desafíos mayores, como el que se le presenta ahora con la camiseta de Los Pumas. Su paso por el CASI le permitió vivir experiencias únicas, como tener un banco de suplentes en Primera, un logro que califica como «el logro máximo en mi primer año, que es un montón».
El desafío del Seven, la velocidad como bandera y las expectativas en el Panamericano
El formato de Seven, más rápido y físico, le sienta bien al jugador juninense. Batac destaca su principal fortaleza en este tipo de juego: «Mi fortaleza, te diría, es la velocidad y buscar los espacios, encontrar esos espacios para generar los tries». Este dinamismo, asegura, es crucial en un juego donde «la cancha es grande y son 14 jugadores» y donde la resistencia física se vuelve un factor determinante. «Es un juego más dinámico, más físico, digamos, que precisas mucho más aire», comenta, haciendo hincapié en la intensidad del formato.
De cara al Campeonato Panamericano, las expectativas son altas, pero con la cabeza fría. «Tenemos un gran equipo, Argentina generalmente se destaca por eso, más acá en América», afirma. Sin embargo, es consciente de la dificultad del torneo y de los rivales que esperan. «Hay rivales difíciles como Estados Unidos y Uruguay, donde tenés que estar atento a su juego, que saben jugarlo muy bien». Con la delegación de rugby partiendo el 13 de agosto, Juan Patricio y su equipo debutarán el 16 y 17 de agosto, un fin de semana que promete ser intenso y definitorio. El joven rugbier se muestra ansioso, pero con los pies sobre la tierra. «Tengo muchas ganas, obvio, esperando con ansiedad, tratando de no pensar mucho para no comerme la cabeza, pero sí, con muchas ganas».
EL APOYO INCONDICIONAL Y UN FUTURO SOÑADO
El llamado a la selección es un paso crucial en la carrera de cualquier deportista, y Juan Patricio no es la excepción. Su convocatoria se suma a una serie de logros recientes, como su paso por el plantel superior del CASI y su participación en entrenamientos con Los Pumas Seven. «Fue todo muy junto. Arranco el año en plantel, después toco intermedia, tengo un banco de suplentes en primera, que es un montón. Después me llega la convocatoria, tuve entrenamientos con el plantel superior de Seven, o sea, con Los Pumas Seven. Después me llega esta convocatoria al Panamericano y es como todo muy junto, muy lindo», comenta, resumiendo un año de grandes avances y de una felicidad desbordante.
En este camino, Juan Patricio destaca el rol fundamental de las personas que lo acompañaron. «Mi viejo, claramente. Entrenadores del club, te diría al Perro Nani, a Javier Mielgo, no quiero olvidarme de nadie, pero el Indio Carini de chiquito. El presidente del club, Carlos Tayaldi». Con la voz llena de emoción, agradece a todos aquellos que lo ayudaron a crecer y a mantener la continuidad en el deporte.
«Seguramente tengo un par más ahí que van a estar siempre y sé que gracias a ellos soy lo soy y por eso estoy acá». El apoyo de su familia y amigos también fue clave para adaptarse a los cambios. «Con tranquilidad, con mi familia y mis amigos que obvio que me apoyan siempre, así que muy contento», confiesa.
Sobre sus sueños a futuro, Batac es claro y ambicioso. «Claramente seguir en este nivel es uno de mis grandes sueños. Poder dedicarme al rugby y vivir del rugby sería un sueño, un gran sueño». Y como la mayoría de los rugbiers argentinos, tiene un objetivo máximo: «Llegar a Los Pumas sería como el logro máximo». Para él, el rugby es más que un deporte; es una pasión, una forma de vida que le dio valores, amistades y la oportunidad de crecer como persona y como jugador.
Con la mirada puesta en sus inicios, Juan Patricio tiene un mensaje para los chicos de Junín que recién empiezan en el deporte. «Primero que nada, quiero decirles que lo disfrute, el deporten. Si son chicos, que lo disfruten, que vayan de a poco, que conozcan amigos, que presten atención a los entrenadores, que les van a dar las herramientas para poder lograr su máximo nivel». Su consejo es simple pero poderoso: «Que disfruten entre amigos, que jueguen y que obviamente sigan entrenando si quieren llegar a algo grande, porque en algún momento todo llega y los va a hacer muy feliz».
Finalmente, al definir este momento de su vida, Juan Patricio Batac no duda: «Felicidad es lo que siento hoy. La verdad que no me lo esperaba, llegó todo muy de golpe y me tiene muy contento». El jugador se prepara para vivir una experiencia inolvidable, llevando consigo no solo su talento y dedicación, sino también el legado de un club, el apoyo incondicional de su familia y amigos, y el orgullo de representar a su país en el escenario continental.






