Tras un período difícil marcado por la sequía y la pandemia, el Club Náutico Junín emerge con renovada energía, listo para desplegar nuevamente sus velas y surcar las aguas del Parque Natural Laguna de Gómez.
Amilcar Rustic, presidente del club, nos guía a través de los desafíos superados y comparte las alentadoras noticias que llegan no solo para el club sino para toda la sociedad de nuestra ciudad.
«El club venía pasando por una situación muy, muy complicada. Dos años de pandemia, un verano a medias y luego la sequía, que fueron otros dos años, que paró toda la actividad. Nuestro club es de una sola actividad, la náutica. Al no haber agua en la laguna, se frena al 100%», relata con preocupación, recordando los tiempos difíciles.
La sequía azotó con fuerza las actividades principales del club: la motonáutica y la vela. «La parte social, con la pileta, la sombrilla, la parrilla y el asado, funcionó bien. Pero la motonáutica estuvo parada totalmente, y en la vela, los barcos grandes no se pudieron usar», explica.
En estos últimos meses en la ciudad de Junín hemos registrado grandes precipitaciones lo que logró que la Laguna de Gómez volviera a tener agua, luego de quedar completamente vacía, hasta esta semana se registra el crecimiento de un centímetro por día. Si bien todavía falta para volver a la normalidad, es un gran avance y lo que nos demuestra este presente es la vuelta de las actividades al Club Náutico.
En estos tiempos difíciles que se vivieron, la escuela de vela, un pilar fundamental para el futuro del club, logró mantenerse a flote gracias a la tenacidad de padres y directivos. «Trasladamos las clases a San Nicolás, donde el Club Náutico nos brindó sus instalaciones. Los chicos viajaban todos los fines de semana con el instructor y pudimos seguir teniendo actividad», cuenta con orgullo, destacando el espíritu de colaboración.
A pesar de las adversidades, los logros deportivos no se hicieron esperar. «A pesar de toda la situación que estuvimos atravesando estos últimos años en la laguna, estamos sosteniendo grandes logros deportivos de los cuales estamos muy orgullosos. Tenemos chicos que nos representan en sudamericanos, mundiales y hasta en los Juegos Olímpicos», afirma con satisfacción, resaltando el talento local.
Ahora, con la laguna recuperándose gradualmente, el club se prepara para volver a con todo. «Este fin de semana vamos a empezar a bajar las primeras lanchas chicas y la gente va a poder volver a navegar y disfrutar del agua. La laguna todavía no tiene la profundidad ideal, pero ya se puede empezar por algo. Las lanchas grandes tendrán que esperar un mes más, si todo sigue de esta manera, porque necesitamos unos centímetros más de profundidad que se estima que llegaran durante el mes de abril», anticipa con entusiasmo Amilcar.
La escuela de vela también regresa a su hogar en Junín. «La semana que viene traemos los barcos de San Nicolás y los chicos vuelven a practicar acá. Lo único que se vio muy afectada es la escuelita inicial de Optimist, pero vamos a estar presentes para recuperar a los chicos que ya habían empezado y sumar nuevos», explica con determinación.
El optimismo se refleja en cada palabra, en cada gesto. «Estamos muy contentos, entusiasmados. Pensamos que tendremos un verano bueno y recuperaremos a los socios y las embarcaciones que se fueron. Queremos volver a ser lo que éramos», afirma con convicción.
La sequía afectó en varios aspectos al club pero Almicar resalta la ayuda de los socios que estuvieron presentes en todo este proceso, «nos pegó bastante fuerte, pero por suerte pudimos mantener una masa societaria crítica que aportó lo suficiente para que el club no tuviera grandes inconvenientes», reconoce con gratitud.
A pesar de todo, el club mantiene viva la esperanza de una recuperación total. «Nos manejamos con la misma información que todo el mundo. Hay pronósticos que dicen que será un año de lluvias normales o superiores a lo normal. Si sigue lloviendo como hasta ahora, recuperaremos la laguna antes del verano que viene. Faltan 40 cm para que empiece a volcar el vertedero, que es el punto normal de la laguna», explica con precisión.
El impacto emocional de la sequía en la comunidad juninense fue profundo, «la verdad que en Junín hay mucha gente que valora la laguna. Es un lugar para valorar, es un lugar lindo para ir y pasar el día y verla seca te daba lástima, te ponía triste». Sin embargo, la recuperación gradual del nivel del agua trae consigo un renovado optimismo: «Ahora vos llegas y si bien es cierto que no está la profundidad ideal, pero ya el entorno es mucho más agradable y vuelve la gente que no practica deportes náuticos, digamos, pero tiene un entorno mucho más agradable a la vista». La laguna, poco a poco, recupera su rol como punto de encuentro y disfrute para toda la comunidad.
Mientras tanto, el club extiende una invitación a los más jóvenes para sumarse a la escuela de Optimist, un semillero de futuros navegantes. «Es la esencia del club. Los chicos pueden empezar a partir de los 5 años y seguir hasta los 13 o 14, es una actividad completamente gratuitita, con instructor y velas que les prestamos acá, queremos que puedan conocer el deporte, por eso es que invitamos a las familias a que traigan a sus chicos al club. Luego, si es que les gusta pueden pasar a la categoría Laser, que no tiene límite de edad. Que toda la sociedad sepa que la laguna está volviendo a la vida», detalla con entusiasmo Almicar con la certeza de que el Club Náutico Junín volverá a ser un faro de esperanza en este sector emblemático de la ciudad.