En el vibrante y siempre competitivo mundo del karting, el joven piloto juninense Ariel Franco reescribió su propia historia en las pistas. Tras un parate de siete años y una reciente transición de categoría, Ariel demostró una madurez y velocidad excepcionales al conseguir un meritorio segundo puesto en el Kartódromo de Arrecifes, dentro de la exigente categoría 150 con caja. En una extensa entrevista, el piloto no solo analizó la carrera, sino que profundizó en las claves de su resurgimiento: dejar de lado la presión y volver a la esencia del disfrute.
El logro de Arrecifes fue doblemente significativo, no solo por el podio en sí, sino por la cercanía de la victoria, un objetivo que se le había resistido en los últimos años. «La verdad que hacía un montón que estaba buscando eso. Fue un segundo puesto pero que estuve muy cerca de poder ganar la carrera. Estuvimos a una curva nada más,» relató Ariel con una mezcla de satisfacción y picardía.
El análisis poscarrera fue directo a la estrategia y la posición de largada. «A mí me relegó que largué quinto en la final y el chico que ganó había largado tercero. Si yo hubiera largado en esas posiciones, a lo mejor me lo sacaba enseguida rápido a los chicos que los pasé, pero bueno, el chico hizo una diferencia ahí en las primeras vueltas.»
El desafío era monumental, pero su perseverancia dio frutos. «Yo venía quinto y después nada, terminé pegado al paragolpe de él, prácticamente. Muy pegado, muy cerca. Pero bueno, estuvo bueno, lo disfrutamos un montón con la familia y el equipo,» enfatizó, resaltando la importancia del entorno.
El piloto reveló la carga emocional que significaba esta carrera: «La verdad que fue como sacarme un peso, era algo que me hacía falta, o sea, estaba todo bien, pero no venía teniendo resultados y dije como que ‘¿qué pasa acá?’. Hacía mucho que me venía pasando que por condiciones de carrera capaz que tenía todo como para ganar y/o hacer un buen podio, y pasaban distintas cosas, a veces no sé, se sale tal vez la bujía, que ha pasado, cosas insólitas que te permiten no llegar, muchos accidentes también, por parte mía no, sino que me han chocado.»
La historia de Ariel Franco en el karting es una de dedicación interrumpida y un retorno triunfal. «Yo corro desde los 14 años en karting. Corrí de los 14 a los 19, después tuve un accidente y no estuve corriendo por siete u ocho años y volví este año,» confesó.
El impacto de su regreso fue inmediato. «La primera carrera que volví del año salí tercero, me fue muy bien, estuvo muy bueno. Y volver después de tantos años sin correr, tenés un buen resultado, decís, ‘Ah, bueno, capaz que tengo la posibilidad de pelear el campeonato o no sé qué’. Y bueno, por cuestiones de carreras, a veces se te van haciendo esas ideas.»
El factor clave para su mejora reciente fue el cambio de categoría hace solo dos fechas, pasando a la 150 con caja. «Esta es la 150, la categoría anterior eran motores distintos. Estos son con caja de quinta, por eso tenía que adaptarme a un kart distinto porque yo estuve acostumbrado a correr toda la vida con directo. Y acá al correr con cajero es algo distinto.»
Ariel destacó cómo su experiencia previa lo benefició: «Me ayudó mucho a correr con los de directo porque te enseña a ser prolijo arriba del karting, y nada, lo que te permite una caja de cambio es poder acomodar algunos errores que vas teniendo. Un cajero te permite ir acomodando arriba del karting algunos errores.»
El circuito de Arrecifes, un lugar que considera el «patio de casa» por haber ido a girar semanalmente, era un punto de incertidumbre. «Yo iba a probar siempre, pero no sé si ando bien en el circuito o ando mal. Fuimos a correr y salí con el chico que ganó, que es el subcampeón del campeonato, o sea, que es un chico que anda rápido, y yo poder estar entre los que pelean el campeonato me hace sentir cómodo en la categoría.»
El factor psicológico fue el que desató el potencial de Ariel en Arrecifes. Dejar de lado la presión por el resultado fue la llave. «A ver, fueron varios factores que sucedieron en esta fecha. Uno que me lo tomé distinto, fui a disfrutar esta carrera. Hacía mucho que no podía disfrutar un fin de semana de carrera. Fui como más relajado.»
La presión era constante. «La presión del podio, por ejemplo, es una presión que nada, suben tres, capaz que somos 22 y los 22 queremos el podio. Si yo venía, no sé, venía segundo en la carrera y se te corta la cadena y vos decís, ‘Loco, compramos la cadena nueva y se corta’, te dan ganas de decir, ‘Listo, dejo de correr’. Esta vez fui a disfrutar, a divertirme como nunca lo había hecho, porque siempre tuve distintas presiones de pelear campeonato y todo eso.»
La lección que le dejó Arrecifes fue invaluable: «Esta carrera, además del podio, me enseñó a que yendo a disfrutar, llegan los resultados. Permitirte disfrutar y verle el lado positivo.»
Aunque su karting no es de última generación «está muy roto, soldado por todos lados», el trabajo en conjunto y su adaptación lo mantienen competitivo. «Yo entreno a la mañana y a la tarde tenemos que desarmarlo y soldarlo porque se corta en algún lado. El motor anda muy bien y yo me adapto al cumplimiento. El karting, por más que esté ‘cansado’ como le decimos nosotros, está entre los mejores tiempos ahí de los chicos entre los que están peleando hoy el campeonato y eso está bueno.»
La categoría 150 con caja no solo es numerosa (22 pilotos), sino que alberga a verdaderas leyendas del karting argentino. Ariel se encuentra enfrascado en una lucha de gigantes, algo que lo motiva profundamente. «Hay chicos que están corriendo que son muy importantes. Yo al que le peleo los tiempos es un chico que tiene 37-38 años, que corre de los 10 años en karting y es campeón argentino de karting a nivel nacional. Debe tener como 15 títulos en la categoría. Vos vas a la carrera y todos le quieren ganar a ese muchacho,» explicó.
Para Ariel, medirse con estos talentos es la mejor vara: «Yo hoy en día los tiempos más rápidos los estoy peleando contra ese chico. A mí me da tranquilidad, así que bueno, en condiciones de manejo estoy a la par de un chico que salió muchas veces campeón. Por ejemplo, a él el equipo le da el karting gratis para la carrera. Yo hoy en día tengo que bancar a mi karting. Y yo hoy estoy compitiendo contra él y eso a mí me gusta, me motiva.»
También compite contra figuras del automovilismo actual, como Santiago Biagi, piloto de TC Pista. «Hizo el tiempo más rápido, después yo en carrera lo pasé. Y eso está bueno porque vos decís, ‘Bueno, estoy corriendo contra el chico que tiene tanto nivel’.»
La diferencia, a menudo, está en el equipamiento. «Son distintos equipos, le ponen otra cosa al karting. Capaz que no sé, sale un freno italiano nuevo y al tener más poder adquisitivo, capaz que lo compran y eso son cosas que te hacen andar mejor.» Su esperanza está puesta en 2026: «Estamos viendo si está la posibilidad el año que viene hablar con alguna marca o algo para ver si podemos representar algún chasis. Y eso me dejaría en iguales condiciones, por ejemplo, que los chicos que corren en la categoría.»
Una de las grandes desventajas de Ariel es la falta de entrenamiento constante en el kartódromo de asfalto, debido a la distancia de Junín a los circuitos de la zona de Buenos Aires como Ciudad Evita, Zárate, Arrecifes, Baradero, entre otros.
«Los chicos que corren contra mí están todos los fines de semana entrenando arriba del karting. Si yo tuviera esa posibilidad estaría más preparado para las carreras. Yo hoy a las carreras voy sin prepararme,» reconoció.
Para compensar, mantiene una rutina física de alto rendimiento, «me dio muy buenos resultados, la Calistenia, porque no me canso arriba del karting. Me hace ser constante con el ritmo de las vueltas.» Estos entrenamientos de fuerza los complementa con actividades aeróbicas como salir a correr dos veces por semana y complementa jugando al básquet.
La preparación es crucial, especialmente por la exigencia física. «Hoy tengo 28 años y me pasa que me bajo del karting el domingo y estoy tres días para recuperarme, me duele todo. El karting pesa 175 kg y lo llevo encima. Los circuitos no están en muy buenas condiciones acá en Argentina de karting. El karting al final de la recta va saltando en el asfalto. Y nada, es un poco un peligro cuando vas a 120.»
Además, su experiencia en el karting de tierra en su juventud le dio una ventaja inesperada: «Correr en la tierra me enseñó a correr los días de lluvia con piso mojado. Me gusta correr en lluvia porque le hago ahí al otro competidor una diferencia porque no corrieron nunca en tierra.»
La conexión de Ariel con el motor viene de su origen. «Yo nací en una familia muy fierrera. Cuando nací mi viejo corría en auto de carrera y la acompañante del auto de carrera era mi mamá. Yo me crié en el taller. Mi cuna cuando iba a dormir era la butaca del auto de carrera.»
Su debut fue temprano. «Me subí al karting por primera vez a los 3 años.» Aunque su madre dudaba por el peligro, la promesa escolar lo llevó a la pista a los 14, aunque con consecuencias académicas.
Hoy, ese vínculo familiar es su fortaleza. «Hoy en día lo disfruto mucho con mi familia. Prefiero hacerlo más con la familia que nos gusta y lo disfrutamos. Lo hacemos como para pasar un fin de semana de familia en la carrera.» El apoyo es total, incluso a la distancia, como el de su novia, quien sigue las carreras en casa, «esta super pendiente de las carreras por si pasa algo.»
La reflexión final de Ariel es sobre el tiempo: «Me hubiera gustado darme cuenta de eso, del disfrute, cuando era más chico también. Hoy me pongo a pensar y con la cantidad de chicos que vi correr en el TC, yo tuve la oportunidad de correr con como 15 pilotos de todos lo que andan ahí. Y yo eso, por ejemplo, no lo disfruté. Y hoy que caigo y me doy cuenta y digo, ‘Uh, mira, yo corrí con este y no lo disfrutaba’. Hoy lo estoy disfrutando y eso está buenísimo.»
La temporada de karting culminará en Baradero el fin de semana del 7 de diciembre. «Yo justo en este circuito donde vamos a correr ahora a Baradero, en el circuito, era donde corrí la primera carrera en esa categoría. Largué 22 y llegué séptimo. Fui a correr a Baradero con esa categoría nueva y venía con la vuelta más rápida en la carrera, eso me demostró que me adapté rápido al circuito. Así que vamos tranquilos, vamos confiados.»
La meta ya no es solo ganar, sino consolidar la performance. «Si estamos terminando con buenos resultados ahora al final del año, la clave para el año que viene es estar peleando ahí los primeros puestos adelante.»
Ariel sabe que la victoria está cerca. «Hace sinceramente más de siete años que no ganó una carrera en karting. Estoy ahí muy cerca, o sea, sé que cuando menos la espere va a llegar. Yo este fin de semana me miraba los tiempos del sábado y estaba 16 y 17. Clasifiqué 12 y me fui para adelante enseguida, estuvo muy bueno. Largué quinto la segunda final y llegué segundo y estuvo muy muy bueno.»
El piloto juninense extendió su profundo agradecimiento a las personas e instituciones que lo acompañan en cada carrera, permitiéndole competir en el máximo nivel, “Le quiero agradecer a Gobierno de Junín, Agua Pieslak, Mar.Cars taller automotriz Junín, Tech.Fy Junín, Pablo Díaz Deco. Y a todo mi equipo y apoyo técnico y emocional: a mi papá y mamá, mi hermano, a mi novia Pame (que me aguanta con las carreras 24/7), a toda mi familia. A Daniel “El Pela” que siempre me esta apoyando y alentando.










