Un nene de 6 años y un bebé de 20 meses permanecen en terapia intensiva desde el 2 de octubre luego de ingerir un budín con drogas que había sido preparado especialmente para un interno alojado en el penal de Ezeiza. Ambos menores ingresaron a la guardia del Hospital de Ezeiza con una «intoxicación medicamentosa» luego de que se confirmara que habían ingerido la citada comida.
En la reconstrucción de los hechos se indica que todo se inició cuando un remisero recibió el llamado de una mujer donde le pedía un auto que, primero tenía que ir a Liniers para agarrar un pedido y luego llevarlo frente al complejo penitenciario donde dos personas lo recibirían.
El hombre aceptó el viaje y la mujer y el chofer se encontraron y ella le entregó un paquete que contenía budines y milanesas. Así el hombre partió rumbo al penal donde estarían dos personas que serían las encargadas de recibir el paquete para luego llevárselo al hijo de una de ellas, quien se encuentra detenido.
Después de un largo trayecto el remisero llegó al punto de encuentro, pero no había nadie. Estuvo unos minutos más hasta que llamó a su jefe para ver qué hacía: «El hombre le respondió que se lleve la comida a su casa, que era perecedero y que no era su culpa que nadie retirara el pedido, y él se fue», indicaron fuentes policiales.
Cuando el hombre llegó a su casa, su esposa abrió el paquete y pensó que esa comida debería ser donada a una familia de la zona que era muy humilde; con la decisión tomada, tomó las milanesas y el budín y se los llevó a su vecina que es una abuela que vive con sus dos nietos y su hijo.
Muy contentos por lo que recibieron los dos menores aprovecharon la merienda para comer el budín, pero horas después comenzaron a sentirse mal. En la causa se constató que ambos nenes estaban afectados y, en principio, la familia creyó que era un budín en mal estado, pero se enteraron de la verdad cuando debieron trasladarlos al hospital.
Hace ya doce días que los menores y la abuela ingresaron a la guardia del Hospital de Ezeiza con un diagnóstico de «intoxicación medicamentosa» y quedaron en terapia intensiva. Tras varios análisis descubrieron que tenían en el cuerpo benzodiacepinas, una droga que «se utilizan para tratar la ansiedad, insomnio y convulsiones».
Horas más tarde la mujer que le encargó el traslado del paquete llamó al remisero para ver qué había sucedido con la comida y allí le confirmó que el contenido del paquete había sido regalado ya que nadie se había presentado en el lugar. «Estás loco. Ese budín estaba lleno de plata», le respondió la mujer desesperada.