Por Diego Abdo
Para Grupo La Verdad
El 90% son gestionados por mujeres. “Los comedores son un reflejo de realidades y situaciones. Es también un muestreo de los alimentos que están más presentes”, explicó Julieta Pino, en el programa Estamos Rodeados que se emite por LT 20 los sábados a las 12 horas.
Desde el comienzo de la pandemia por COVID 19 en la ciudad de Junín aumentaron en un 25% la cantidad de comedores, tanto escolares como comunitarios junto con los llamados merenderos, empujados por la creciente necesidad de más y mejor alimentación para un porcentaje de personas con vulnerabilidad.
Si bien las prioridades, más que nunca en este contexto, están enfocadas en que ninguna persona se quede sin almorzar, merendar y cenar, el paso siguiente es trabajar para alcanzar un menú estipulado que mejore la calidad nutricional con una presencia fuerte y ordenada de verduras, frutas y legumbres. Hoy en comedores y merenderos dentro de un estado de emergencia las comidas frecuentes son guisos, estofados, tucos, pastas, polenta, pan y pizza. Para ello el camino es capacitar a las cocineras para la elaboración de platos que contengan proteína vegetal.
Cada vez más proteínas
En ese sentido el trabajo del Observatorio Nutricional, organismo nacido en el 2017, dependiente de la Municipalidad de Junín, fue sumando cada vez más tareas centradas en diseñar menús para comedores escolares con la consecuente compra y distribución de la materia prima indicada para las comidas diarias.
El equipo, conformado por cuatro nutricionistas, trabaja con los cocineros de cada comedor escolar. Julieta Pino, licenciada en nutrición, es una de cuatro especialistas. Entrevistada por el programa radial Estamos Rodeados, que se emite por LT 20 todos los sábados a las 12 horas contó días atrás que “los comedores son un reflejo de un montón de realidades y situaciones de ese grupo etario. Es también un muestreo de los alimentos que están más presentes, cuales sí y cuáles no”.
La búsqueda es sumar frutas, verduras y lácteos en estos menús destinados a niños y adolescentes que se alimenten diariamente en los comedores escolares de Junín. “Cuando comenzamos había un exceso en el consumo de azúcar, sal y de pan en estos espacios. Había mucha comida de olla, hoy ya estamos trabajando con más variedad”, cuenta Pino.
“Estamos buscando que en las dietas hayas alimentos naturales o mininamente procesados. Productos de estación que están en mejores condiciones y también son más económicos. Tratamos de que se generen compras a proveedores locales para que se mueva la economía local y también nos interesa que haya autoconsumo a través de las huertas. No es fácil, pero el mundo ideal sería consumir lo que uno produce”, dice.
La incidencia de la carne vacuna
En los menús de los comedores escolares existe una fuerte incidencia de la carne vacuna, de pollo y de cerdo. “Recién este año hay días que en las preparaciones no hay carnes, reemplazándolo todo con legumbres, vegetales y cereales con el objetivo de alcanzar una complementariedad proteica”, dice.
Entre los nuevos alimentos con alta cantidad de proteína y que pueden reemplazar o complementar el consumo de carnes y sus proteínas animales, se encuentra la llamada soja texturizada con una gran cantidad y calidad de proteínas. “A través de talleres presentamos a la soja texturizada para que se conozca que es rica y que hay muchas preparaciones donde utilizarla. Existen muchas otras posibilidades que van más allá de la carne vacuna”, explica.
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