POR: José Luis Amado -Periodista Agropecuario- Exclusivo para GRUPO LA VERDAD
Todo comenzó el pasado sábado 8, cuando el Senasa intimó a la firma a sacrificar 200.000 aves ante la detección de al menos 20 casos de gripe aviar.
El lunes 11, la justicia correntina suspendió la medida hasta que se presenten los informes “relativo a la extracción de muestras”. La idea era hacer una “contrapueba”, y ver los resultados.
En este marco, los 300 trabajadores de la empresa temiendo por su fuente de trabajo se pusieron del lado de la avícola denunciando que las muestras tomadas, por lo que mostraban las cámaras de seguridad, estuvieron mal realizadas.
Además, la empresa denunció que la medida zoosanitaria del Senasa carecía de fundamentos, poniendo en riesgo la actividad de la empresa y realizaron una presentación ante la Justicia a fin de que se frene la decisión tomada por la entidad sanitaria animal.
Poco después, el Juzgado Federal de 1era Instancia de Corrientes, aprobó el recurso de amparo presentado por la avícola y le dio al Senasa un plazo de 24 horas para que vuelva a realizar una segunda prueba que sustente la medida del rifle sanitario.
La situación hoy
“La segunda muestra tomada a aves de la granja “Avícola Santa Ana” de Corrientes, dispuesta por orden de la Justicia Federal, dio resultado negativo a la presencia de Influenza Aviar según diagnosticó el Laboratorio Nacional del Senasa”, dice textual el comunicado oficial del Servicio Nacional de Sanidad Animal, fechado el viernes pasado.
Al margen de esta rectificación de la primera muestra, el Senasa destacó que esta semana se volverá a realizar otra muestra más (la tercera), de confirmación y que mientras tanto no tomará medidas sobre los animales encerrados.
Pero aquí hay algo que hay que destacar y es que Avícola Santa Ana, denunció que el Senasa “se tomó revancha” por el mal resultado de la segunda muestra y, no solo les prohibió vender su producción de pollos, sino que les ordenaron destruir 360.000 huevos lo que representa una pérdida para la empresa de 26.000 dólares. Pero además les ordenó que no podían donarlos, por lo que los trabajadores publicaron un video denunciando, mientras los destruían, que esos huevos no representan riesgo sanitario alguno.
Senasa, por su parte, dijo que ellos en ningún momento habían ordenado esa destrucción de huevos y que fue una decisión unilateral de la empresa, sin embargo, la empresa mostró una copia del documento con fecha 12 de abril en donde se les intima a la destrucción.
Al margen del escándalo, la empresa de Corrientes continúa con su denuncia judicial contra el Senasa y esperará los resultados de la tercer y ¿definitiva?, muestra para ver si detectan gripe aviar en esas aves.