El invierno es la estación del año preferida por el moho. El tiempo frío que está sufriendo España en las últimas semanas se traduce en un descenso de la ventilación en los hogares, un hecho que, sumado a la humedad generada por las precipitaciones, hace que los hongos aparezcan con más rapidez.
En total, se han identificado más de 200 tipos diferentes de moho de interior que pueden desarrollarse en las habitaciones de una casa. Su gran capacidad de propagación en azulejos, pintura, yeso, madera o tela provoca que este hongo sea uno de los problemas más temidos en lo que a la limpieza se refiere.
Si el moho llega a aparecer en algún momento, es necesario combatirlo de inmediato, ya que, además de dañar los materiales de los objetos afectados, puede provocar serios problemas de salud.
Tal y como afirma la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, la inhalación prolongada de esporas de este hongo puede derivar en problemas de salud como reacciones alérgicas, irritaciones en la piel, dolores de cabeza o problemas respiratorios como sibilancias. Investigaciones recientes han demostrado que la exposición al moho a una edad temprana aumenta la posibilidad de que los niños desarrollen asma.
Cómo evitar la humedad
Cuando la humedad ambiental de una vivienda supera el 55 % existe una alta probabilidad de que el moho aparezca. Para evitarlo, es imprescindible ventilar a diario, utilizar la campana extractora al cocinar, evitar tender la ropa dentro de casa y prestar mucha atención a posibles humedades, goteras o fugas en las tuberías del agua.
La oscuridad es otro factor que el moho necesita para crecer y propagarse, por lo que también es necesario asegurarse de que en cada habitación existen las condiciones de iluminación natural apropiadas.
Así se debe limpiar una zona con moho
Cuando una zona está infectada, lo primero que hay que hacer es proteger los ojos y las manos para evitar así el contacto con las esporas.
Para eliminarlo completamente es necesario utilizar un producto desinfectante en la zona afectada y dejarlo actuar varios minutos. Cuando ha pasado el tiempo recomendado hay que pasar una esponja por la zona afectada y realizar movimientos circulares hasta acabar con el hongo. Si después de una semana sigue el moho, se podrá repetir el proceso.
Durante la sesión de limpieza es conveniente cambiar el agua varias veces, ya que si se emplea el paño para varias habitaciones o diferentes zonas de la pared el hongo puede esparcirse por las zonas no afectadas.
Después de limpiar el moho es necesario tomar ciertas precauciones para evitar que vuelva a aparecer. Ventilar el espacio diariamente durante al menos 15 minutos y dejar entrar la luz natural en la habitación y utilizar productos con acción desinfectante durante o después de cada limpieza impedirá que este hongo vuelva a surgir en las zonas previamente afectadas.
Además, existen pinturas y siliconas antimoho ideales para estancias húmedas como el cuarto de baño. Por último, productos como los deshumidificadores también resultan de gran utilidad, ya que sirven para controlar la humedad del ambiente.
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