Parecerá una frase hecha, un latiguillo reiterado, una sucesión de palabras escritas y leídas hasta el hartazgo. Pero lamentablemente, otra vez, una persona murió en un estadio de fútbol argentino.
En primera instancia los títulos dieron cuenta de eso, de la tragedia en la cancha. Pero afirmar que el fútbol se cobró una nueva vida el jueves por la noche en La Plata sería caer en el facilismo, rendirse ante un reduccionismo absurdo, y ajeno a la realidad en la que nos sumergimos.
El fútbol, y el deporte en general, se encuentran inmersos (también) en una sociedad que exhibe falencias profundas, niveles de pobreza y exclusión altísimos, un deterioro exacerbado de la estructura social y la precarización subyacente. Son parte de un sistema débil, quebrantado, y no escapan a la cotidianidad ni tienen cómo ni por qué hacerlo.
Referir a la muerte de una persona en el marco de un espectáculo deportivo en el año 2022 preocupa. Atrasa y nos interpela a todos como seres humanos, como miembros de la comunidad. Pero no es “el fútbol” el responsable.
La violencia convive con nosotros, está instalada en esta sociedad, y se manifiesta de múltiples formas. En este caso, como en tantos otros, las responsabilidades pueden o no quedar expuestas, por eso resulta insuficiente correr del cargo al funcionario de turno e improvisar decisiones circunstanciales e inmediatas si lo que no se hace es pensar en cómo atacar cabalmente la problemática de fondo.
Las primeras hipótesis no descartan corrupción dirigencial, inoperatividad en el operativo policial, falencias en la organización del espectáculo en la capital de la provincia más importante del país, sobreventa de entradas, falta de control, desmedido uso de la fuerza pública, incumplimiento de las normativas vigentes, etcétera, etcétera, etcétera. Será la Justicia la encargada ahora de desentrañar qué fue lo que pasó y cuáles fueron las causas que originaron el caos, la estampida y el horror que se vivió el jueves por la noche.
Pero las razones de fondo, quedan a las claras. Y a la vista de todos.