Franco Defendente, titular de Bear Electricidad, habló sobre los peligros de la electricidad en un hogar, con un sobreconsumo que pone en riesgo las instalaciones, al conmemorarse hoy el día del instalador eléctrico.
El electroinstalador se ocupa “básicamente a realizar instalaciones luminarias, ventiladores y todos los artefactos del hogar, reemplazo de tableros y demás, dentro de un amplio abanico de tareas que desarrolla en el hogar. También hago obras de cero, sobre todo viviendas y locales en menor escala”.
“Los grandes problemas que veo en los domicilios, que básicamente es lo que atiendo, es que la gente compra artefactos eléctricos para su hogar –hornos, aires acondicionados y demás- que hacen que se produzca un consumo elevado, que muchas veces no es tolerado por las instalaciones”, explicó.
Defendente indicó que “hay mucha gente que alquila y se compra aires y varios electrodomésticos eléctricos, que pretenden hacer funcionar en departamentos con 15 o 20 años de construidos, con una llave de corte unipolar, algo que está totalmente prohibido”.
“Con este alto consumo de varios aparatos funcionando, los cables se terminan dañando. Encima, hay lugares que todavía tienen las llaves negras con tapones, y muchas veces sin disyuntor ni nada, o sea sin ningún tipo de protección. Pero la gente a veces no toma conciencia”, remarcó.
COSTOS ELEVADOS
En lo que hace a la situación actual, el titular de Bear Electricidad apuntó que “desde ese fatídico lunes en que se disparó el dólar, tuvimos dos meses en los que mermó el trabajo, básicamente porque no había materiales y por otro lado, los precios de esos materiales resultan elevados para quienes hacen algún arreglo o refacción en una casa”.
“En muchos casos, la gente no puede costear estos valores. En apenas unos meses, el precio de un disyuntor por ejemplo, se disparó de 2 mil pesos a entre 3.500 y 4.000 pesos”, explicó.
En este marco, Defendente habló sobre la mano de obra. “Hay colegas que se rigen para cobrar su trabajo según lo que cuestan los materiales, mientras que otros observan la tabla del electroinstalador, a la vez que hay un grupo que pide según le parece”, indicó.
“Quien cobra por el precio de materiales actúa como un constructor: si se gastan 10 mil pesos en los elementos, pide un monto igual por su trabajo”, explicó el profesional, destacando que en su caso trata de aplicar mayor razonabilidad porque “el bolsillo de la gente no puede hacer frente” a esos altos costos y puede hasta desistir de contratar el trabajo.
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