La historia de muchos deportistas comienza con un empujón, una inspiración. Para Lorenzo Mosconi, hoy una figura destacada en el patinaje de Sprint Junín, ese impulso vino de su propia madre, una patinadora que lo invitó a probar la disciplina hace unos ocho años atrás. Aquel primer contacto sobre ruedas encendió una llama que aún arde con fuerza.
Más allá del simple acto de patinar, lo que realmente enciende la chispa en Lorenzo son las carreras. «Siempre me gustó competir, siempre me gustó el tema de ir a los eventos», explica, destacando no solo la emoción de la competencia en sí, sino también la experiencia de compartir con compañeros de otros clubes, creando lazos más allá de la rivalidad en la pista.
Desde hace un año Lorenzo es deportista federado, esta profesionalización trajo consigo una nueva intensidad en su preparación: «pasé de entrenar ponerle dos días a la semana y ahora estoy entrenando aproximadamente cuatro días, de dos horas cada uno”. Este aumento en el entrenamiento se reflejó directamente en el ambiente de las competencias nacionales. «En el Nacional se nota la diferencia, con los que le gusta el deporte y los que solo hacen el deporte. No es como que van a disfrutar nada más la carrera», analiza Lorenzo, destacando la seriedad y el compromiso de los atletas a ese nivel.
El fin de semana pasado marcó un hito importante en la trayectoria de Lorenzo, el joven patinador de Sprint Junín, al participar del Campus DAR (Desarrollo de Alto Rendimiento) que tuvo lugar en las instalaciones del Cenard. Para Lorenzo, esta experiencia representó un cúmulo de emociones, tal como él mismo lo describe: «muy lindo todo, estaba bastante nervioso porque era la primera vez que iba al Cenard y me daba muchos nervios, de todos, porque también era la primera vez que se hacía el campus DAR».
La visita al emblemático Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo generó una mezcla de entusiasmo y ansiedad en el joven atleta. El prestigio del lugar, cuna de grandes deportistas argentinos, sumado a la novedad de ser parte de la primera edición del Campus DAR, contribuyeron a sus nervios iniciales. Sin embargo, sus palabras reflejan una impresión general positiva de la experiencia, anticipando seguramente un valioso aprendizaje y un impulso en su camino hacia el alto rendimiento.
A pesar de los nervios compartidos, la atmósfera general del Campus DAR en el Cenard estuvo cargada de una palpable emoción por ser parte de esta nueva iniciativa. Para Lorenzo, la experiencia trascendió la mera participación, dejando una huella significativa en su perspectiva deportiva, «me llevó un aprendizaje muy grande, la verdad», respondió con convicción.
Profundizando en lo adquirido durante su estadía en el Cenard, Lorenzo destacó la oportunidad de observar de cerca la metodología y la intensidad de los entrenamientos de los atletas de la Selección Argentina. «Se nota mucho la diferencia de cómo entrenan los deportistas de verdad, de la Selección Argentina, se nota demasiado», enfatizó, subrayando el contraste con sus rutinas habituales y la valiosa lección sobre el nivel de exigencia del alto rendimiento. Esta inmersión en un entorno de excelencia deportiva sin duda marcará un punto de inflexión en su preparación y aspiraciones futuras dentro del patinaje.
Al reflexionar sobre sus logros hasta el momento, Lorenzo expresó con orgullo: «Hasta ahora mi mayor logro fue salir campeón nacional». Este título representa la culminación de años de esfuerzo y dedicación en Sprint Junín. Este año dentro de sus objetivos se encuentra repetir este título tan importante.
Sin embargo, la mirada de este joven talento ya se proyecta hacia metas aún más desafiantes. Con la determinación que lo caracteriza, Lorenzo confiesa un sueño audaz para su futuro: «y a futuro sueño con tener el récord mundial de los 100 metros». Esta aspiración revela una mentalidad competitiva y una confianza en su potencial que lo impulsan a trabajar incansablemente para alcanzar la cima del patinaje mundial. El camino es exigente, pero la pasión y la visión de Lorenzo Mosconi lo sitúan como un atleta con un futuro prometedor.
En cada paso de su carrera, y especialmente en la adrenalina de las competencias, Lorenzo cuenta con un equipo de apoyo fundamental. Al hablar de quienes lo acompañan incondicionalmente, menciona con afecto: «los que me acompañan siempre son mi mamá, Martín mi entrenador, el hermano de Martín y mi papá que me apoya desde mi casa».
En cada competencia y entrenamiento, Lorenzo cuenta con un sólido equipo de apoyo que va más allá de lo técnico. Su círculo cercano, encabezado por su familia y su entrenador junto a su entorno, representa un pilar fundamental en su desarrollo deportivo. Este respaldo constante, que combina aliento emocional, guía estratégica y un fuerte vínculo personal, es sin duda un factor determinante en su camino hacia la realización de sus ambiciosos sueños dentro del patinaje.