El comisario Ulises Bravo, de la Comisaría Primera, contó los pormenores del operativo realizado que, tras veinte allanamientos, culminó con el secuestro de doce motocicletas que participaron en picadas, en la zona de la plaza 9 de Julio.
“Estas prácticas se incrementan con el verano”, consideró, y dijo que en el caso de los allanamientos realizados, “la investigación surgió a partir de llamados al 911 que se reciben, a lo que se sumaron las imágenes aportadas por el jefe de Monitoreo”.
“Esto surge a raíz que se observan varias motocicletas que realizan maniobras, zigzagueantes, pruebas de destreza y velocidad, conductas que a priori violentaban lo establecido en artículos del Código Penal”, apuntó. De este modo, encabezadas por la fiscal Fernanda Sánchez, arrancaron las actuaciones.
“Con el análisis del material fílmico aportado por el municipio, con las chapas patentes y características de las motos y físicas de los conductores, se logró establecer las identidades”, contó el jefe policial.
Bravo mencionó que “el paso siguiente fue solicitar los allanamientos realizados, en los cuales se pudieron secuestrar doce motos”.
“El trabajo es muy arduo e intenso, lleva tiempo, porque los allanamientos deben ser certeros para dar con los motociclistas y los vehículos, para lo cual se contó con la participación de dependencias policiales de toda la zona”, subrayó.
Aunque las motos tuviesen toda la documentación en regla, en el caso de participar en picadas son igualmente retenidas, y “luego queda a criterio del juez su devolución”.
“Tratamos de prevenir, de cuidar de alguna manera a los vecinos para evitar mayores inconvenientes como accidentes o pérdida de vidas”, agregó el jefe policial.
En cuanto a las zonas elegidas para picadas, el comisario Ulises Bravo mencionó que “la plaza 9 de Julio, avenida de Circunvalación, los accesos, son los puntos más complicados, aunque con los operativos no ingresan a la zona céntrica”.